En los últimos días, los mares han sido protagonistas de dos trágicas historias, mismas que superan cualquier ficción cinematográfica. Primero, el naufragio en el Mar Jónico, en territorio marítimo griego; con cientos de migrantes paquistaníes muertos y desaparecidos. Y después, el accidente de un sumergible llamado Titán, que exploraba la zona del hundimiento del Titanic, con cinco millonarios en su interior.
No se puede hablar de catástrofes marítimas en el cine sin mencionar Titanic. Dirigida por James Cameron, estrenada en 1997. Esta película se basa en el trágico hundimiento del RMS Titanic en 1912. Con una combinación de romance, drama y espectaculares efectos visuales, Titanic se convirtió en un fenómeno de taquilla y redefinió el género de las películas de desastres. La historia de amor entre Jack (interpretado por Leonardo DiCaprio) y Rose (interpretada por Kate Winslet) se entrelaza con la tragedia del naufragio, proporcionando una narrativa emotiva y épica que cautivó a millones de espectadores en todo el mundo.
El mismo Cameron, ha dado sus impresiones sobre lo ocurrido con el submarino Titán. De la otra tragedia, la de los migrantes en Grecia, casi nadie habla. Desde luego es más llamativo para los medios el tratar de encontrar paralelismos, semejanzas y datos que conecten el hundimiento de 1912 con el siniestro del pequeño sumergible.
Las catástrofes marítimas han sido temas recurrentes en el cine, ya sea basadas en eventos reales o ficticios. Estas películas nos permiten explorar la fragilidad humana, la lucha por la supervivencia y la inmensidad de los océanos. A través de efectos especiales, actuaciones impactantes y narrativas emocionales, el cine ha logrado capturar la magnitud y la tragedia de los desastres en los mares.
Las historias que nos ha presentado el cine a lo largo de su historia, sobre desastres en embarcaciones submarinas, no tienen precedente alguno con lo ocurrido en el caso del sumergible Titán. Títulos como el del filme alemán de 1981, Das Boot (El submarino); o, K-19: The Widowmaker, película de Kathryn Bigelow, estrenada en el 2002, tratan sobre temas bélicos.
Ya sea en un contexto histórico o ficticio, las películas sobre desastres en embarcaciones nos sumergen en un mundo lleno de suspenso y adrenalina, recordándonos la fragilidad de la vida humana, tanto en la superficie, como en las profundidades marinas.
En los próximos días ya estaremos siendo cubiertos por documentales, y demás contenido audiovisual, que aborde lo sucedido con el submarino Titán. Espero, que el cine no olvide la otra tragedia, la que se repite constantemente en los mares que cruzan los migrantes al otro lado del mundo.