En medio de un intenso aguacero, Grabar de 47 años, abrazó a cada uno de los jugadores que estuvieron en el partido final de la Copa del Mundo y no pudo contener las lágrimas.

A su lado, el presidente de Francia, país que se llevó el trofeo tras una arrasadora victoria de 4 goles contra 2, también expresó su gratitud a los futbolistas.

A la hora de celebrar la victoria de los franceses la mandataria del país balcánico no hizo menos: abrazos, lágrimas de emoción y mucho orgullo.

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