Su mamá le impidió ser boxeador, por tanto golpe que podría recibir, contó Erick Gutiérrez en una charla que tuvo con un servidor hace cuatro años. En aquel entonces, poco a poco sumaba minutos en Primera División con los Tuzos.
Como buen sinaloense, veía en Julio César Chávez un referente del deporte de los puños. Sin embargo, al no poder desempeñar lo que le gustaba, vio al futbol como una opción. A los 11 años de edad fue reclutado por el Pachuca.
Con la decisión, su madre estuvo más tranquila y el Guti, con la ilusión de trascender en el ‘soccer’, como le dicen al futbol en el norte del país.
Fueron años de estar solo y sufrir por alejarse de la familia; no obstante, poco a poco llegaba la recompensa. Su talento y visión lo llevaron a debutar en Primera División con apenas 17 años de edad.
Jugó el Mundial Sub 20 y los Juegos Olímpicos, se hizo capitán de los Tuzos y fue uno de los 23 futbolistas que el estratega Juan Carlos Osorio llevó a Rusia 2018; para muchos, fue la sorpresa.
Su visión de cancha y precisión en los pases, no pasaron inadvertidos por el PSV de Holanda. Ayer se anunció que el jugador viajará para presentar sus exámenes médicos y, de aprobarlos, será oficialmente compañero de Hirving Lozano.
“Es el mejor jugador de la Liga MX”, dijo en varias ocasiones el entrenador Diego Alonso, quien lo dirigió tres años y medio; incluso, cuando el Chucky Lozano aún estaba en el conjunto hidalguense.