Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) detectaron en la Planta de Tratamiento de Atotonilco de Tula residuos de heces fecales con trazas del virus SARS-CoV-2 que causa COVID-19.

Así lo dieron a conocer en el Foro Virtual sobre el líquido residual de la capital del país. A dicha planta llegan aguas negras del Valle de México y en los kilómetros recorridos hallaron trazas del SARS-CoV-2, además de los fármacos más consumidos en los últimos meses por los habitantes, mediante un método de detección desarrollado por investigadores universitarios.

Germán Buitrón, del Instituto de Ingeniería de la UNAM en la unidad académica Juriquilla, detalló que las heces fecales revelan lo que come una persona, si está enferma, los medicamentos que toma para recuperar la salud, si ingiere sustancias tóxicas o incluso si está infectado de coronavirus y si es asintomática. 

En este foro mencionaron que en el contexto de la pandemia de COVID-19, la Conagua estableció un convenio de colaboración con diferentes institutos de la UNAM para analizar las aguas residuales de la Planta de Tratamiento de Atotonilco de Tula, en la que buscaban restos de la enfermedad. 

“Estamos identificando el gen RdRp del virus, mediante la reacción cualitativa de la cadena de la polimerasa y transcriptasa. Para el 3 de octubre tuvimos resultados positivos, detección de este gen del SARS-CoV-2, lo que nos muestra que sí están llegando restos del virus a nuestra planta de Atotonilco”, señaló Víctor Bourguett Ortiz, director del Organismo Cuenca Aguas del Valle de México (OCAVM).

Destacó que el muestreo también permitió identificar los fármacos más ingeridos en los últimos meses por los capitalinos: naproxeno, ibuprofeno, baritromicida, sulfamida, tetraciclina, carbamazepina. Agregó que en breve comenzará el análisis también para medicamentos que, se sabe, son administrados en el tratamiento de COVID-19, como dexametasona y azitromicina, entre otros.

Detalló que inyectan cloro a la planta, pues en ese sitio depuran 60 por ciento de las aguas residuales que se generan en el Valle de México, de 12.6 millones de habitantes, por lo que procesa un caudal medio de 31.5 metros cúbicos por segundo.

Esas aguas, explicó, se reutilizan para el riego agrícola en Hidalgo, por lo que para reducir riesgos, el OCAVM y la UNAM también realizan el muestreo de lodos en las zonas agrícolas que reciben este líquido.

Germán Buitrón aseguró que hasta el momento no han detectado el virus completo en las aguas residuales, sino únicamente fragmentos del SARS-CoV-2, que no tienen capacidad de infectar.

En tanto, Víctor Bourguett Ortiz, de Conagua, indicó que a la salida de la planta de Atotonilco de Tula inyectan una mayor concentración de cloro y hasta el momento no han registrado casos de COVID-19 entre los trabajadores.

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