Los ahorros de toda una vida de trabajo desaparecieron en unas horas, Beatriz Ortiz y sus hijos fueron víctimas del robo de todo el mobiliario de su restaurante ubicado en la plaza Explanada de Pachuca, donde hasta la fecha no tienen respuesta por parte de la gerencia del lugar que además, asegura, no le permite acceso a las cámaras de seguridad.
Con apenas tres meses de funcionamiento, el restaurante La Artesanal de la plaza Explanada cerró sus puertas en mayo del año pasado debido a la pandemia por COVID-19, lo que representó un duro golpe debido a las buenas ventas que tuvo en el poco tiempo que mantuvo sus puertas abiertas.
Ante el mal panorama previsto por la pandemia, Beatriz decidió pedir la rescisión de su contrato, por lo que entró en conflictos legales con la empresa que solicitó el embargo del establecimiento, lo que le fue negado por el juez que lleva el caso al considerarlo una violación a los derechos humanos.
Después de un año y tres meses, con el juicio de rescisión en proceso, Beatriz confiaba en que todas las pertenencias del lugar estuvieran seguras, pero para su sorpresa, cuando asistió al local a verificar que el agua de las lluvias no dañara el mobiliario, se percató de que habían saqueado cada rincón de su patrimonio.
Refrigeradores, pantallas, máquinas de cerveza, utensilios de cocina, mesas, sillas y materia prima que aún se encontraba en el lugar fueron sustraídos por la puerta trasera, situación de la que, hasta el momento, la gerencia de la plaza no ha emitido explicación, aseveró.
En entrevista con AM Hidalgo, la propietaria del lugar narró la desesperación y la profunda tristeza que le causó el hecho de ver su establecimiento completamente vacío, después de todo el sacrificio que junto con sus hijos hizo para tener un patrimonio.
LA ARTESANAL, EL PATRIMONIO DE UNA FAMILIA
Beatriz y sus hijos, originarios de la Ciudad de México, vieron una oportunidad de negocio en la plaza Explanada Pachuca, donde decidieron establecer su restaurante a inicio de 2020. Todo parecía bajo control, las ventas eran buenas y la familia esperaba recuperar su inversión.
Sin embargo, inició la pandemia de COVID-19 y el restaurante hizo todo el esfuerzo por continuar abierto al mantener los protocolos de salud pertinentes, pero fue insuficiente, tuvieron que cerrar cuando el gobierno estatal decidió suspender momentáneamente todas las actividades para impedir la propagación del virus.
Por lo anterior y al no tener un panorama claro para el regreso a la actividad restaurantera, en octubre de 2020 Beatriz decidió pedir la rescisión de su contrato, apoyada por su asesor legal.
Derivado de esa petición, la gerencia de la plaza exigió un embargo al restaurante como compensación y para otorgar la rescisión, lo cual le fue negado pues de acuerdo con el asesor legal los embargos en pandemia violentan los derechos humanos.
Es así como el juicio para suspender el contrato que vincula a Beatriz con la plaza se encuentra en proceso con un rumbo favorable para ella, aseguró, por lo que el robo de sus pertenencias le hizo sospechar de los administradores de la plaza.
EL ROBO
De acuerdo con el testimonio de la propietaria, a partir del cierre asistía a su local pocas veces, solo las necesarias para revisar que su propiedad se mantuviera en buenas condiciones, siempre con la confianza que la seguridad de la plaza era suficiente para evitar una situación delictiva.
Sin embargo, ante las lluvias que azotaron la capital hidalguense a partir de julio pasado, Beatriz decidió ir a inspeccionar su local, ya que las filtraciones de agua podían dañar los muebles; para su sorpresa, al entrar estaba completamente vacío.
Por los días en los que Beatriz no fue a la plaza, estima que el robo sucedió entre el 27 de junio y el 5 de julio.
No podía creerlo, me generó tanta tristeza que solo quise salir de ahí al ver mi local así de vacío, encima escuchar que los encargados de seguridad solo me decían “no sabemos nada”, me generó coraje y una enorme impotencia de perder mi patrimonio de esa forma”, comentó Beatriz.
El monto de las cosas que fueron sustraídas supera el millón y medio de pesos, de acuerdo al avalúo de la propietaria, por lo que interpuso una denuncia por robo ante la Subprocuraduría de Procedimientos Penales Región Oriente con el número de caso 12-2021-09124.
Dicho monto comprende refrigeradores, máquinas dispensadoras de cerveza, pantallas, mesas, sillas y diversos utensilios de cocina y materia prima que se encontraban resguardados en el lugar.
Explicó que al revisar las puertas todo estaba bajo control, ningún cristal roto, las chapas enteras sin señales del uso de la fuerza para entrar, situación que le pareció sospechosa.
Posteriormente dio avisó a la gerencia de la plaza. A partir de ese punto, Beatriz dijo notar el surgimiento de anomalías en el caso, ya que los elementos de seguridad que resguardan el lugar día y noche aseguraron “no saber nada”.
De igual forma, el gerente general de plaza Explanada, Eduardo de la Rosa, al ser cuestionado por los afectados respondió que no sabía nada y mostró una gran indiferencia ante lo ocurrido, mencionó Beatriz.
Otra anomalía que mencionó es que de los locales no se puede sacar absolutamente nada sin un permiso previamente firmado por la gerencia de la plaza y tras pasar varios filtros con los elementos de seguridad.
Debido a ello temen que el robo haya sido perpetrado por la misma gerencia de la plaza como represalia por la petición de finalizar formalmente el contrato de arrendamiento.
Hasta el momento, Beatriz continúa sin alguna explicación clara sobre los hechos, con un juicio en proceso para cancelar el contrato que la une con la plaza y sin poder acceder, por indicaciones de la gerencia, a las cámaras de seguridad que revelen la identidad de los ladrones de su patrimonio.