Con esfuerzo y dedicación, Erick Martínez logró graduarse con honores de la Universidad de Harvard. El joven estudió la caerrera de Mecicina siempre apoyado en sus padres quienes son campesinos originarios de México.
La historia de esta familia dio la vuelta al mundo por inspirar a los internautas a cumplir sus sueños, ya que este caso demuestra que nada es imposible siempre se trabaje duro en ello.
Cuando tenían 20 años de edad, los padres de Erick emigraron hacia Estados Unidos en busca de un mejor estilo de vida, pero al no contar con estudios no les quedo de otra que dedicarse a trabajar el campo desde 1980 hasta la fecha.
La pareja decidió quedarse en el país norte americano a pesar de los obstaculos que se pusieron en su camino y se quedaron con la esperanza de que sus hijos tendrían más suerte en este lugar. Y así fue como Erick se título como licenciado en Medicina en Harvard, recientemente.
El joven recuerda que durante su segundo grado de primaria, un maestro le ayudó a realizar una prueba para conocer su nivel académico, ya que le sorprendió la facilidad con la que aprendía. El resultado del examen arrojó que era un estudiante superdotado.
En 2010 se graduó de la preparatoria como el estudiante más destacado de su clase. Después logró ingresar a la Universidad por sus propios méritos. Sin embargo, terminó por alistarse en la escuela militar con la intención de devolverle algo al país que le abrió sus puertas a su familia.
Un amigo le dijo que no abandonara sus sueños por un deber que nadie le exigía, pero no lo escuchó e ingresó al militarizado. Tiempo después, este amigo murió y Erick abandonó la escuela militar para seguir sus sueños, tal y como le había pedido su amigo.
Esto lo motivo y escribió una carta a Harvard con la esperanza de que aún pudiera inscribirse e increíblemente y por segunda ocasión, la universidad aceptó su ingreso. En 2015 concluyó sus estudios en la carrera de Medicina y ahora se desempeña como estudiante de especialidad en el área de Neurología en la Universidad de California.
Está de más decir que Erick agradece a sus padres por todo el esfuerzo realizado para que él alcanzara su meta, pues de no ser por los días que han trabajado bajo el sol, él no tendría los recursos suficientes para continuar.