Antes de conocer a sus esposo, Elyse Myers tuvo la peor cita de su vida. La mujer contó su historia a través de su cuenta de TikTok y su video alcanzó más de 14 millones de reproducciones y todo tipo de comentarios. 

A través de una aplicación de citas, la joven conoció a un hombre con quien decidió salir luego de que le dijera que su cara le gustaba mucho, la invitó a comer y como ella ama la comida pusieron una fecha para conocerse. 

El día llegó, él le pidio a ella que pasará a su casa para irse juntos, aunque a Elyse le pareció extraña la petición del chico aún así condujó hasta el domicilio de su cita.

¿Por qué no nos reunimos en el lugar? No tengo idea. Conduzco 45 minutos hasta su casa, él está de pie, camina hacia mi auto y dice: Perdí mis llaves, ¿puedes conducir?”, relató la tiktoker.

Su intinto de la joven le deciía que algo ahí no estaba bien, pero como ya había llegado por él decidió continuar con el plan, el sujeto subió al auto y comenzó a darle indicaciones para poder llegar al lugar. 

Podría haberme estado guiando a un almacén abandonado, pero terminamos en un Taco Bell”, dijo Elyse.

Una vez en Taco Bell, ella preguntó si iban a entrar o regresarían a comer en su casa. Él dijo que sería para llevar y Elyse se alegró de que tuviera un plan, hasta que se inclinó para hablar por el auto drive y pidió 100 tacos.

¿Para quien eran los tacos?

Los tacos de esta cadena son del tamaño de una tostada, por lo que aún así era mucha comida para ambos. Pero lo peor todavía estaba por venir.

Al llegar a la ventana de entrega, él se buscó en todo su cuerpo y confesó haber olvidado su cartera. Ella pagó cerca de 150 dólares. Regresaron a casa del hombre. 

Vamos a su casa, entramos, y su papá está en el sofá.  Él vive con su papá, está bien. Esta decisión está bien”. 

Como si de película de asesino serial se tratara, él siguió siendo muy raro. 

Pasa junto a su papá y entra en la cocina. Comienza a sacar los tacos de la caja. Pone dos sillas en la mesa, se sienta y grita: ¡festejemos!”.

 Elyse comenzó a comer y lo único que se escuchaba era el sonido de la comida rompiéndose al chocar con su boca.  En un momento entró el padre, agarró un taco, se le quedó viendo y le preguntó si quería ver su estudio.

Por supuesto ella abrió los ojos y pensó que o corría o acabaría muerta. Agarró los tacos sobrantes y salió por la puerta.

Gracias por esta experiencia. Nunca más volverás a saber de mí”, dijo antes de irse.

 

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