Carola y Hatchika son dos perritas cuya labor es brindar tranquilidad a las y los pacientes del Hospital del Niño DIF en Pachuca. Ayer miércoles fueron las responsables de controlar el estrés durante la jornada de vacunación contra COVID para menores de 12 a 17 años de edad con alguna comorbilidad.
En días anteriores inició la vacunación a este tipo de pacientes en dicho nosocomio. El biológico aplicado fue de la farmacéutica Pfizer y se espera que de 500 a 600 menores de edad, así como mujeres embarazadas, todos ellos valorados previamente, reciban su primera dosis contra el mortal virus.
AM Hidalgo recorrió el lugar, donde se encontraban Carola y Hatchika, dos perritas terapéuticas encargadas de controlar la estabilidad emocional de los pacientes, dejándose acariciar por ellos.
Estas dos simpáticas cuadrúpedas están incorporadas al Centro de Actividades y Terapias Asistidas con Caninos (CENATAC), que lleva más de cinco años trabajando las intervenciones asistidas con perros en terapias físicas o actividades médicas que requieren bajos niveles de estrés en los pacientes.
Todos los miércoles recorren el Hospital del Niño DIF en Pachuca para brindar un rato de desahogo a los menores que se encuentran en tratamiento y que necesitan de una sonrisa y la motivación que brindan los animales, aseguran las enfermeras del nosocomio.
Lo anterior, se genera debido al vínculo creado entre el niño y el perro, lo que contribuye en actividades de odontología, tanatología, fisioterapia y hospitalización del nosocomio infantil.
MIÉRCOLES DE VACUNACIÓN
Ayer no fue un día cualquiera para Carola, una golden retriever de ocho años y Hatchika, de raza criolla y 12 años, ya que les tocó aliviar el estrés generado en los menores de edad que acudieron a la jornada de vacunación que implementó el hospital para sus pacientes con comorbilidades.
Tutoradas por Vanesa Pallares y Erick Gutiérrez, de CENATAC, las caninas recorrieron las filas del auditorio del Hospital del Niño DIF para cerciorarse que los pequeños recién vacunados no sufrieran estrés o nerviosismo por la inyección.
Nos hemos percatado que tanto padres como hijos son beneficiados con la presencia de los perros terapéuticos en esta jornada de vacunación, pues a los pequeños les alivia el estrés y nerviosismo por la inyección y los padres se ven más relajados al notar que sus hijos se encuentran en buen estado anímico”.
Así se pronunció Vanesa Pallares, que junto con Erick Gutiérrez agregó que Carola y Hatchika han trabajado arduamente para poder ser animales de terapia. Al encontrarse en una etapa adulta, se les realizaron pruebas de comportamiento para garantizar un pleno desarrollo en la actividad.
Posteriormente, se les aplica la prueba de educación y socialización a lo largo de un año con tal de asegurarse que el perro disfruta esta actividad y la puede desempeñar por buen tiempo, para que al final vuelva a fungir como mascota en algún hogar a manera de jubilación.
Carola y Hatchika pasaron con honores las pruebas, de acuerdo a sus tutores, por lo que fueron elegidas para realizar esta actividad durante la jornada de vacunación contra COVID y dibujar una sonrisa a padres e hijos durante la media hora que dura su estancia en la inmunización.