Atrás quedaron las mañanas cuando el comedor “Blanquita” recibía con los brazos abiertos, y el sazón que caracterizaba a sus platillos mexicanos, a toda su clientela en el centro de Tula. A 44 días de las inundaciones por el desbordamiento del Río Tula, José Cornejo busca apoyo del gobierno para reponer su negocio. 

La familia Cornejo, al igual que otras mil 400, dependen del tianguis municipal, donde actualmente trabaja solo diez por ciento de locatarios por sus propios medios, debido a que las inundaciones provocaron pérdida total en la mayoría de los negocios, donde el agua alcanzó dos metros de altura el 7 de septiembre. 

Desde entonces, la pancita, el mole rojo y verde o el conejo que preparaba la esposa de José no han podido servirse, pues no cuenta con el equipo de trabajo suficiente para la elaboración de esos guisados, a duras penas pudo reactivar su actividad con un calentador pequeño que consiguió con préstamos familiares. 

Por lo anterior, el comerciante, al igual que sus compañeros en el tianguis de Tula, pide urgentemente la ayuda de los poderes municipales, estatales y federales, ya que se considera en total desamparo y afirma que no podrá sobrevivir más tiempo sin los ingresos económicos que sus negocios les brindaban. 

REFRIGERADORES, COMALES Y UTENSILIOS A LA BASURA 

José Cornejo recuerda con tristeza aquella madrugada del martes 7 de septiembre, cuando observó cómo el agua cubrió en su totalidad el centro de la ciudad. 

Su negocio forma parte de ese diez por ciento que pudo reabrir en los últimos días, aunque con gran sacrificio obtuvo un calentador pequeño para sus guisados y un refrigerador que tenía en su hogar para las bebidas. 

De por sí con la lluvia era ya mucha agua y con la que se desbordó de la presa nos cayó todo, no pude ni entrar al centro para ver mi local, a lo lejos solo vi como el agua alcanzaba el primer piso de algunas casas y no tuve otra más que tragarme mi tristeza de tan solo pensar cómo estaba mi negocio”.

Ollas, utensilios de cocina, comales, refrigeradores, sillas, mesas y hasta un equipo modular con el que amenizaban los alimentos de los clientes, tuvieron que tomar destino al basurero, ya que fueron arrastrados por los dos metros de altura que alcanzó el agua, que quedaron marcados en la fachada blanca del lugar. 

De acuerdo con un presupuesto que realizó José Cornejo, calcula la recuperación total de su negocio con 200 o 300 mil pesos para comprar comales, refrigeradores y el material esencial para preparar sus comidas. 

Por lo anterior, el comerciante busca desesperadamente el apoyo económico que pueda brindar cualquier ente gubernamental, ya que por sus propios medios no le será posible continuar con su negocio, según advierte.

A más de un mes de la tragedia no vemos ayuda del gobierno municipal ni federal, ojalá vean nuestra situación, se pongan en nuestro lugar y sea lo más pronto posible, sinceramente no sé cuánto tiempo puedan sobrevivir nuestros negocios sin esa ayuda, no creo que sea mucho”, señaló José Cornejo. 

REUNIONES CON AUTORIDADES

Tras manifestarse el pasado martes a las afueras del Congreso del Estado de Hidalgo, los tianguistas de Tula fueron recibidos por el legislador de su distrito, Octavio Magaña Soto, quien les garantizó que, mediante juntas con el Poder Ejecutivo y autoridades federales, se apresurará la llegada de apoyos.

Lo anterior, derivado que el gobierno municipal de Tula solo cuenta con recursos para darle un aproximado de dos mil pesos a los damnificados, dinero que no alcanza para nada, aseguran los afectados.

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