El gobierno federal reconoció que la inundación de Tula se debió a la descarga en exceso de agua del Valle de México el 6 y 7 de septiembre, de acuerdo con un estudio elaborado por Conagua, que exculpa a funcionario alguno como causante de esta tragedia.

Según el documento de siete páginas sin membrete alguno, la inundación no se debió al efecto de la lluvia local, sino al escurrimiento de la Sierra de Guadalupe, el río Tlautla, la descarga de la presa Requena y de los túneles emisores del Valle de México que confluyen al río Tula.

La madrugada del martes 7 de septiembre, el caudal estimado que transitó por este río fue del orden de 500 metros cúbicos por segundo, de los cuales 150 provenían de las descargas del Valle de México a través de los túneles Emisor Central y Emisor Oriente, 28 del río El Salto, cien de la descarga de la presa Requena, 130 del río Tlautla y 92 de la cuenca propia entre la salida de los túneles y la ciudad de Tula, apunta el documento.

Por la tarde del martes 7 de septiembre, se tuvieron escurrimientos mayores hacia el río Tula. El caudal estimado que transitó por este río fue del orden de 610 metros cúbicos por segundo.

De acuerdo con Conagua, desde 2009, se publicó en el Atlas de Riesgo de Hidalgo que se considera a Tula en riesgo por inundación debido al desbordamiento del río homónimo. 

La Conagua dice que en 2016 se intentó ampliar la capacidad de conducción de este río; sin embargo, las obras no se realizaron debido a la oposición de grupos ambientalistas.

El Partido Acción Nacional (PAN) denunció ante la Fiscalía General de la República (FGR) a funcionarios federales por la muerte de pacientes COVID en la clínica del IMSS en Tula, derivado de la inundación del 6 y 7 de septiembre.

 

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