Retraso, sobrecosto, pandemia, tráfico y recientemente deficiencias de seguridad en la colocación de tensores, son los principales problemas en torno a la construcción del puente atirantado de Pachuca, el cual cumplirá dos años de desarrollo en enero próximo, cuando el plazo de ejecución programado era de 356 días.
Pese a que fue contemplada como la tercera etapa de la supervía Colosio, la obra del distribuidor vial del puente atirantado aún está sin concluir, por lo que pasó a ser la última fase para concretar el proyecto del gobierno estatal de una vía rápida, y cuyos trabajos ocasionan carga vehicular a diferentes horas del día.
La obra presenta ya un retraso de más de nueve meses y la última estimación oficial de su apertura vehicular fue el pasado 30 de noviembre. Sin embargo, debido a revisiones y pruebas de seguridad de las empresas constructoras la conclusión sigue sin concretarse, por lo que su funcionamiento está programado para inicios de 2022.
De acuerdo con la Secretaría de Obras Públicas y Ordenamiento Territorial (SOPOT), las empresas del consorcio edificador integrado por Construcciones ASD SA de CV, Grupo Constructor EURA SA de CV y FREYSSINET de México SA de CV, aún no han concluido las pruebas de seguridad de acuerdo a la normativa establecida en el Código de Soldadura Estructural en Puentes.
Lo anterior, debido a que mediante una inspección se determinó deficiencias, por lo que las pruebas de seguridad señalaron que no existían las condiciones para la apertura de la vialidad ante el retraso en la colocación de los tensores.
Por tanto, la SOPOT informó que ante las revisiones y evaluaciones que se llevan a cabo, se determinó que no se abrirá el paso a la circulación sobre esa vialidad como lo habían previsto, hasta que existan las condiciones de seguridad necesarias para los usuarios.
100 MDP MÁS POR PANDEMIA Y MATERIALES
El pasado 18 de noviembre el titular de la SOPOT José Ventura Meneses Arrieta, indicó durante su comparecencia en el Congreso local que el costo adicional de cien millones de pesos al importe original del puente atirantado se debe a la inflación generada al costo del acero por la pandemia de COVID, así como al precio de los materiales provenientes de Francia y Eslovaquia.
Actualmente la obra presenta un sobrecosto de 502 millones de pesos, cuando la inversión inicial se contempló en 402 millones de pesos, es decir cien millones de pesos más, en esa ocasión el funcionario explicó que por la pandemia se tuvo una inflación superior a 6 por ciento, lo que ocasionó un incremento en el acero estructural, que pasó de los 27 pesos por kilo a elevarse 200 por ciento el precio por kilogramo.
Mientras que otro factor del aumento fue que los materiales que utilizaron para ese puente mayormente son traídos del extranjero, como Francia, y que los tirantes que soportan la estructura de más de tres mil toneladas de peso provienen de Eslovaquia.
Además, justificó la suficiencia presupuestal de la obra debido a que se desarrolló con recursos del Fondo General de Participaciones de los ejercicios 2019, 2020 y 2021.
ANTECEDENTES
De acuerdo con la licitación EO-SOPOT-N229-2019, la obra fue adjudicada a la asociación en participación conjunta de las tres empresas antes mencionadas, por un monto de 402 millones 138 mil 206.8, con 16 por ciento de IVA incluido.
El plazo de ejecución de la construcción del distribuidor vial era de 356 días y su inicio estaba contemplado el 11 de diciembre de 2019. Sin embargo, los trabajos arrancaron el 13 de enero de 2020, por lo que en enero de 2021 debía cumplirse el periodo.
No obstante, el 17 de diciembre de 2020, durante la inauguración del puente elevado 11 de Julio y el distribuidor vial Galerías, el gobernador Omar Fayad anunció que la culminación del puente estaba prevista para marzo de 2021, lo que tampoco ocurrió y la SOPOT indicó que el retraso se debió a la pandemia de COVID, ya que los tirantes provenían de Francia, lo que complicó su adquisición. El 13 de enero de 2022 la obra cumplirá dos años de ejecución.