Entre mil y 2 mil pesos en promedio gastarán las familias pachuqueñas en su altar de Día de Muertos. Conoce la manera en que Aracely y Patricia celebran esta tradicional festividad.

Como una situación difícil, calificaron ambas mujeres, habitantes de Pachuca, la puesta del altar de muertos, debido a los precios elevados de los productos de temporada.

Sin embargo, la tradición y el cariño por la fecha en que sus seres queridos las visitan, hacen que el gasto valga la pena, comentaron.

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ARACELY Y EL TRADICIONAL MOLE DE GUAJOLOTE 

Como año con año Aracely Riveros Aguirre, residente de la colonia Ampliación Santa Julia de Pachuca, coloca su tradicional altar para sus dos abuelos y cuatro de sus tíos: Refugio, Bruno, Domingo y Romualdo.

Las naranjas, manzanas, guayabas y plátanos son las compras necesarias, de acuerdo con Aracely, pues además de agregarle un color y olor tradicional, son alimentos importantes para los santos difuntos que la visitan.

Otros elementos importantes que a decir de Aracely no pueden faltar, son la calabaza y el camote en dulce, los cuales elabora desde unos días antes, ya que requieren un poco más de esfuerzo en su preparación.

Para alimentos de elaboración un poco más detallada, Riveros Aguirre prepara un mole rojo con el toque especial de la carne de guajolote, con la receta secreta que le enseñó su abuela y que mantiene hasta hoy.

De igual manera los tradicionales tamales, la barbacoa y pan de muerto, conforman el altar de la mujer pachuqueña, junto con las bebidas y que más les gustaban a sus familiares, como cerveza, agua y pulque.

Todos los alimentos, bebidas y dulces se enmarcan con el color de las flores de cempasúchil, la tradicional “manita” y la nube, acompañadas con el olor de los trozos de romero calentados en un anafre.

Respecto a cantidades, Aracely señaló que con un kilo de cada fruta, una cazuela pequeña de mole y el guajolote que le traen desde Tulancingo, además de las flores y los dulces que coloca, le representan un gasto de entre mil y mil 200 pesos.

PATRICIA Y LA CUBA PARA SU PADRE 

En circunstancias similares, Patricia Vega prepara su altar de manera especial, donde no puede olvidar la cuba de Brandy y el cigarro para su padre Matías, la barbacoa y la coca cola que tanto le gustaba a su mamá Isabel.

Además de su madre y padre, Patricia honra a su hermana Guadalupe, su cuñada Albina, al igual que a los familiares de su esposo Alejandro y un amigo de la familia llamado César.

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Para todos ellos compra veladoras, papel picado, además de las frutas, dulces y alimentos que más les gustaban a cada uno.

Las calaveritas de azúcar y chocolate, vasos de agua junto con el dulce de camote y calabaza, también hacen presencia en la casa de Paty, como la llaman sus seres queridos.

Para la fruta coloca cantidades similares a las de Aracely, con un kilo de naranja, guayaba, manzana y mandarina son suficientes para alimentar a las almas que la visitan.

Adicional a lo anterior, Patricia le ofrece cacahuates y las famosas “pepitas” que tanto le gustaban en vida a su hermana Guadalupe, quien falleció en febrero de 2021.

Este sábado fue cuando acudió a los diferentes mercados de Pachuca con la finalidad de comprar todo lo necesario para su altar, lo que representó un gasto de mil 500 a 2 mil pesos.

 

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