Celia Dimas Serrano quiere que su mamá Clara encuentre la paz a sus 80 años: está desesperada en espera de su hija.

Enriqueta Josefina Dimas Serrano desapareció hace 28 años y ahora su hermana tomó la batuta de la búsqueda, porque Clara ya no puede a su edad.

Mi mamá ha sufrido muchísimo por la desaparición de su hija. Come y llora. Anda desesperada porque no sabe dónde está. Es lo que me hace venir aquí y buscarla”, dice Celia Dimas Serrano al concluir la marcha en Pachuca del colectivo Buscando hasta encontrarte.

Clara no pudo asistir a la manifestación, por lo que Celia Dimas Serrano acudió con una foto impresa en una lona, de cuando Enriqueta Josefina Dimas Serrano esperaba el nacimiento de su segundo hijo.

Con una gorra y unas gafas oscuras, una playera blanca con la imagen de su hermana, quiere darle tranquilidad a su mamá: a su padre ya no se la pudo dar.

Lo único que pedimos es que nos digan si mi hermana falleció, si le pasó algo, que nos orienten dónde podríamos saber algo de ella”.

Ahora Enriqueta Josefina Dimas Serrano tendría alrededor de 60 años de edad, cuenta su hermana en la plaza Juárez de Pachuca.

HISTORIA

Vivía con tres hijos y su marido, quien le pegaba, por lo que un día llegó trastornada de la cabeza a la casa, dice Celia Dimas Serrano.

Estuvo con sus padres e iba a ver a sus tres hijos que se quedaron con el papá. En una de esas salidas ya no regresó a la casa, el 8 de junio de 1995.

Fue vista por última vez en Pachuca, pero decían que andaba en Atotonilco el Grande. La buscaron en Metztitlán. “Anduvo mi mamá buscándola, en psiquiátricos y hospitales”.

Hace tres años Celia Dimas Serrano solicitó apoyo a la Comisión de Búsqueda de Personas de Hidalgo. Después fue incluida en un grupo de buscadoras, quienes van a los anexos y cárceles.

Así conoció al colectivo Buscando hasta encontrarte, quien revivió la esperanza: “no importan los años que hayan pasado, las autoridades tienen la obligación de buscar”, le dijeron.

Elaboraron la fotografía de como sería su hermana después de 28 años. Celia Dimas Serrano piensa que la única persona que puede esclarecer el paradero es el esposo de Enriqueta.

La recuerda cuando no comía para que los demás pudieran hacerlo. La buscan a través de televisión, periódicos y carteles; sin embargo, no hay avances de las autoridades que no apoyan los gastos de las familias.

Lo de mi cuñado se lo dejo a Dios, si algo le hizo a mi hermana, él sabrá, sino le importó mi hermana, qué lástima porque era una gran persona”, dice, sin darse cuenta que habla de ella en tiempo pasado.

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