Mientras que en todo el mundo se extinguen rápidamente los talleres de relojería, en un rincón de Pachuca subsiste uno de ellos.
Escondido entre decenas de locales funciona desde el principio de los 80 la relojería Ruben’s, ubicada en la céntrica calle Vicente Guerrero número 509, letra D, que es atendida por su propietario original Gregorio González Hernández.
RELOJES DE ANTES
Nostálgicos y conocedores ponen en manos de Gregorio las finas y antiguas máquinas de relojería para que vuelvan a caminar como en el pasado.
A veces se dificulta un poco encontrar las refacciones, pero con perseverancia pueden conseguirse, señaló el relojero de la capital hidalguense.
MARCAS DE LUJO
Algunos clientes pachuqueños le llevan para reparación relojes de pulsera de marcas como Súper Alfa, Omega Rado, Sttelco, Bulova y Cartier.
Hay otras marcas como Orient, Citizen y Seiko que por estimación sentimental sus propietarios buscan la forma de que vuelvan a funcionar, explicó.
En entrevista para AM Hidalgo comentó que hoy la mayoría de los relojes son más económicos, aunque no son tan duraderos y se cotizan entre 700 pesos y 2 mil pesos.
MIDIENDO EL TIEMPO
Los relojes han estado presentes en la vida del hombre desde tiempos inmemoriales.
Hace 2 mil años en Egipto se inventó el primer reloj de sol.
En la antigua Babilonia, en 1400 antes de Cristo, nació el primer reloj de agua.
HACE 214 AÑOS
Algunos historiadores creen que hace 214 años, en 1810, se ideó el primer reloj de pulsera para complacer a la reina de Nápoles.
En tiempos más modernos, pero no tanto, abrió sus puertas en Pachuca la relojería Ruben’s.
El local que ocupa inicialmente funcionó como papelería y librería en 1976.
EL NARDO Y EL MAYOREO
Pero en aquel entonces decidieron cambiar el giro debido a que había mucha competencia en el rubro de papelería con los desaparecidos negocios El Nardo, Pinocho y El Mayoreo, recordó.
Fue entonces que optó por convertir a Ruben’s en tienda de regalos y relojería, así como taller, vocaciones que conserva.
RADIOS PARA EL RECUERDO
Hoy es posible encontrar en ese establecimiento radios y relojes con diseño vintage muy similares a los que fueron populares en la segunda mitad del siglo pasado.
Hoy la tecnología sigue avanzando a pasos agigantados y los jóvenes prácticamente ya no usan relojes de pulsera o de cadena, pues solo tienen que consultar sus teléfonos celulares para saber la hora.
TIC-TAC
A sus 73 años de edad, Gregorio González Hernández dice que mantendrá su oficio de relojero reparando aquellas viejas máquinas que quieren volver a marcar cada segundo del tiempo.