Las nubes cubrieron el cielo de la Bella Airosa, muy temprano todavía caía una ligera llovizna que inició y persistió por la noche, las condiciones anunciaban un día frío con poca probabilidad de que el sol calentara el ambiente. Al final no fue necesario, pues la música, el baile, los colores y el júbilo del carnaval aplacaron los efectos del clima en la ciudad.
Plumas, trompetas, máscaras, vestidos, sonrisas. Todos los elementos de arraigo hidalguense desfilaron por calles de Pachuca para recordar que este es un estado lleno de tradición, color, festejo e historia.
El ánimo no mermó nunca. Las nubes sólo enmarcaron la alegría de los y las participantes. El aire frío meció las plumas de los tocados y corrió entre las piernas de danzantes, sin detenerlas, sin importunarlas.
Habitantes de Pachuca pusieron sus ojos curiosos y expectantes en el color de Hidalgo, sus oídos en el regocijo de la música, su nariz en los aromas de platillos que ofrecieron en el pabellón de plaza Juárez.
Miles de personas compartieron el festejo, festejaron la diversidad, disfrutaron sus tradiciones, recordaron su historia. Miles de personas celebraron su origen, su identidad, su amor por Hidalgo.
