León, Guanajuato.- La última semana ha sido un auténtico infierno para Toyota.
Las acciones del fabricante automotriz japonés cayeron un 5.4 % la semana pasada, luego de revelarse que autoridades japonesas entraron en la sede central de Toyota por una investigación que también afecta a Mazda, Yamaha, Honda y Suzuki, por presuntas irregularidades en la certificación de vehículos.
Toyota perdió así 2.45 billones de yenes japoneses (más de 15 mil 600 millones de dólares) en valor de mercado solo la semana pasada, de acuerdo con CNBC.
Las acciones de Mazda cayeron 7.7 % en el mismo periodo y perdió 80 mil 330 millones de yenes (más de 500 millones de dólares) de capitalización bursátil.
En el caso concreto de Toyota, el gobierno japonés investiga irregularidades en las pruebas de seguridad necesarias para obtener certificaciones gubernamentales.
Mientras que la investigación del gobierno nipón sobre Mazda apuntan a la falsificación de los resultados del software de control
de motor por dos modelos.
El Ministerio de Transporte informó de que llevará a cabo inspecciones in situ en las cinco empresas en las que se denunciaron conductas indebidas.
Detecta problemas en 64 modelos
La inspección de los fabricantes de automóviles japoneses se produce después de que la unidad Daihatsu de Toyota declarara en diciembre que detendría los envíos de todos los vehículos tanto al extranjero como a Japón.
Esta medida se produjo después de que una investigación sobre un escándalo de seguridad hallara problemas en 64 modelos, 22 de ellos vendidos bajo la marca Toyota.
Daihatsu denunció en abril del año pasado que manipuló las pruebas de seguridad de colisión lateral realizadas a 88 mil coches
pequeños, la mayoría de los cuales se vendían bajo la marca Toyota.
Tras la noticia de la investigación, Toyota suspendió al día siguiente su producción y envío de tres modelos de coches fabricados en Japón: Corolla Fielder, Corolla Axio y Yaris Cross.
El presidente de Toyota, Akio Toyoda, pidió disculpas a los clientes y partes interesadas de la empresa, reconociendo que siete de sus modelos fueron “probados con métodos que difieren de las normas definidas por las autoridades nacionales”.
Aunque la empresa afirmó que los conductores podrían seguir utilizando sus autos.
SM