Brasil.- En el valle zapatero de Porto Alegre, Brasil se encuentra una fábrica de calzado que produce 100 mil pares diarios.
La marca Arezzo, corporativo que cuenta con un conjunto de 70 plantas, fue fundada en 1972 en Campo Bom.
Una ciudad desarrollada por la comunidad migrante de Alemania, de la que conserva la arquitectura, el orden y la limpieza de la cultura teutona.
Esta firma manufactura calzado para dama, proceso en el que se involucran 50 mil trabajadores de manera directa e indirecta, explicó Gilmar de Oliveira, coordinador de imagen de la empresa.
Los zapatos que producen tienen como destino los mercados de exportación hacia Estados Unidos y Europa. El corporativo concentra 20 marcas enfocadas en el mercado femenino de alta gama.
Su fundador, Anderson Birman, eligió el nombre por ser una región de Italia con un nombre que le pareció fácil de recordar.
La planta principal cuenta con una línea de producción en la que se fabrican las muestras. El área de trabajo de los obreros se encuentra limpia, ordenada y los posibles residuos que se generan los levanta el personal de limpieza.
La mayoría de los trabajadores están sentados, entre ellos las preliminares del área de adorno.
Los cortadores del material, lo hacen de forma automatizada con cortadoras de láser, la planta de muestras está dividida en tres naves, en las que el ruido es bajo y el orden salta a la vista.
Una peculiaridad de la empresa es que conservan el acervo de todos los modelos que han fabricado históricamente, a manera de bodega uno a uno los modelos están identificados en sus cajas, reuniendo 100 mil muestras, que forman parte de un almacén de consulta que ninguna marca tiene, señaló el colaborador.
Esta planta es el orgullo de la zona, generando desde un valle rodeado de campo, una producción de clase mundial.
AM