Irapuato, Guanajuato.- Leonor Soto es tatuadora desde hace cuatro años y madre de dos pequeñas, de 12 y cuatro años de edad, y asegura que su trabajo la hace muy feliz porque es un hobby para ella, lo único negativo y que le afecta es alejarse tanto tiempo de sus hijas.
Con este trabajo y los hijos si es muy necesario que tengas el apoyo de familiares, y yo por fortuna tengo el apoyo de mis padres que cuidan a mis hijas (…) inicié como aprendiz, poco a poco me solté, me gusta mucho lo que hago porque no lo veo como un trabajo, lo veo como un hobby”, dijo Leonor Soto.
Contó que por el tipo de trabajo el tiempo algunas veces se va muy rápido y no se da cuenta de todas las horas que ha estado en el trabajo y lo que sucede en casa en esas horas.
“Tengo 31 años, empecé a los 27 y ya tenía a mis hijas cuando empecé, trabajo también en el Estado de México y aquí en Irapuato, ya me hice de clientes y afortunadamente siempre me buscan, cuando inicié si veía algunas desventajas por ser mujer, porque la confianza de los clientes no es la misma”, señaló.
También mencionó que los clientes muchas de las veces sentían desconfianza en tatuarse con ella por ser mujer, a diferencia de con sus compañeros hombres; sin embargo, ahora ya realiza tatuajes con mucha confianza y hace lo que más le gusta.
Nosotras como mamás que trabajamos la única desventaja que tenemos es que siempre vamos a estar pensando y con el pendiente de qué hacen nuestros hijos, si están bien, si ya comieron… pero por suerte puedo hacer mis propios horarios, haciendo lo que me gusta y ser mamá”, finalizó.
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