La tarde del 18 de agosto de 1973, marcó la vida de miles de irapuatenses, quienes no esperaban que sus viviendas y pertenencias quedaran bajo el agua, luego de que las lluvias desbordaran los ríos y presas de la región.

Dulce Vázquez Mendiola, directora del Archivo Histórico Municipal, compartió que, a 50 años de la tragedia, esta historia se sigue recordando pues, es un gran ejemplo de que Irapuato puede levantarse ante cualquier situación, al ser gente solidaria, que sabe trabajar en equipo.

“¿Qué pasó ese año? Los relatos orales de Irapuato mencionan que desde inicios de enero comenzó un año muy llovido, no eran tormentas muy fuertes, pero estuvo muy continua el agua, por lo tanto, las presas comenzaron a llenarse mucho de agua. Para agosto llega una tormenta tropical llamada ‘Brenda’, en toda la República Mexicana y, no solamente Guanajuato sufre este tipo de catástrofes, pero Irapuato si fue el ojo del huracán en la noticia a nivel país”, compartió. 

Vázquez Mendiola agregó que, los relatos de la gente permiten saber que el agua alcanzó hasta dos metros de altura en algunas partes de Irapuato, lo que provocó la pérdida de vidas y el derrumbe de casas pues eran, en su mayoría, de adobe. 

La crónica y el trabajo de investigación del personal del Archivo Municipal, dan a conocer que la inundación se dio derivado de que las presas estaban al tope por las lluvias; el 10 de agosto se dio una primera inundación en la comunidad de La Garrida, por el desbordamiento del río Guanajuato. 

El 16 de agosto, las presas de Santana del Conde, La Sardina y La Sandía también se desbordan; el agua se dirige hacia las presas de La Llave y la Gavia del municipio de Romita, las cuales no soportaron y cedieron, lo que provocó que el agua llegara a la presa El Conejo, la madrugada del 18 de agosto. 

Esta última presa, tampoco resistió esa cantidad de agua, por lo que terminó reventándose. A la una de la tarde, el agua ya estaba en la mancha urbana de Irapuato, pasando por todo Guerrero, calles aledañas, el Centro de la Ciudad y la parte sur del municipio. 

Con la inundación, más de 4 mil viviendas fueron afectadas, pues el agua se quedó estancada durante todo un día en su máximo nivel; conforme pasaron los días, el agua disminuyó. El 22 de agosto, fue cuando el agua se desfogó por completo, dejando a la vista las grandes pérdidas de las familias irapuatenses. 

Afortunadamente, la población no se dejó vencer y, con solidaridad, trabajo en equipo y las ganas de seguir adelante, Irapuato y su gente resurgió, construyendo la gran ciudad que hoy conocemos y que, pese a las adversidades, continua su lucha para ser cada día mejores. 

Este 2023, se cumplen 50 años de aquella tragedia, por lo que el Gobierno de Irapuato a través del Archivo Histórico Municipal, preparan diferentes actividades para conmemorar esta fecha, así como reconocer el valor y esfuerzo de todas y todos aquellos sobrevivientes que hicieron que Irapuato resurgiera.

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