Irapuato, Guanajuato.- Desde sus primeros años, Francisco Javier Vázquez Estupiñán “Jazzamoart”, tuvo acceso a las actividades artísticas como la pintura y el dibujo; en ese momento esas expresiones no eran su primer amor y no imaginaba que lo convertirían a través de los años en uno de los más destacados pintores y escultores de Irapuato y del País.

Su obra plasma la teoría y práctica de la sinestesia entre la música y la pintura.

El maestro Vázquez Estupiñán ingresó a San Carlos, Escuela Nacional de Artes Plásticas, UNAM, en 1969.

Aunque la tauromaquia llegó primero a su vida, fue la pintura y las artes plásticas lo que germinó en su interior y produjo esa personalidad que impregna a cada una de las obras.

La obra de Jazzamoart está llena de gozo, mexicanismos, garabatos y fuerza y es contenedora de una personalidad poderosa y un lenguaje gestual, la cual ha sido apreciada y reconocida en México, Canadá, Estados Unidos, Sudamérica, Europa y Asia. 

Pero sin olvidar las calles Berriozábal, La Calzada de Guadalupe, 5 de Mayo, Ocampo, donde vivió sus primeros años y que una vez que partió a la Academia de San Carlos (en la Ciudad de México), son la fuerza para sus creaciones.

En Irapuato tengo mis primeros recuerdos, con mi papá y mi abuelo que me inculcaron el amor a la pintura, donde di mis primeros pasos en la artes y me ayudaron a visualizar mi futuro en torno a la pintura y la escultura”, refirió Vázquez Estupiñán.

Su trabajo cuenta con participaciones y distinciones en museos y espacios como la Bienal Iberoamericana de Miami, Museo Reina Sofía en MadridBienal Tamayo, Tour de la Bourse en Montreal, Trienal de Osaka en Japón, Premio Internacional de Dibujo Joan Miró en Barcelona, Premio del Festival del Centro Histórico en CDMX, Premio del Bicentenario de la Revolución Francesa, Bronx Museum of Art en Nueva  York, Bienal de Beijing en el Museo Nacional de Arte de China, Rijksmuseum en Ámsterdam y muchos más.

El artista comparte que a los jóvenes en primer lugar se les debe apoyar para que su interés o sus cualidades destaquen, aunque también hay conocer que hay momentos donde uno se pregunta si realmente es bueno este ritmo de vida.

En 1992 realiza una escultura monumental y la escenografía del Festival de Jazz en el Auditorio Nacional para B.B. King y Ray Charles.

“No solamente es querer, sino a veces soportar el hambre, porque yo mismo pasé por ese pensamiento de si esto si es lo mío, porque se sufre en algunas ocasiones que no hay dinero o tenemos poco y esa parte también es vida del artista”, dijo Francisco Vázquez.

Jazzamoart ha generado un legado cultural y un vasto cuerpo de obra en diversas disciplinas como la escultura en madera, mármol, bronce y cerámica, también en dibujos, tintas y gráficas, explorando constantemente el arte objeto y la instalación, pero el principal discurso conceptual y estético del creador guanajuatense es por medio de la pintura, del óleo y especialmente en cuadros de gran formato, profundizando y calando hondo en la creación de ruidos visuales, en la posibilidad humana de percibir a través de la mirada, las emociones creadas por la música, atrapar los sonidos en la tela, congelar las sensaciones sonoras. 

Escenografía a grandes artistas

La trascendencia del arte de Jazzamoart, va más allá del campo de las artes plásticas, las acciones interdisciplinarias a través de escenografías, performance e improvisaciones visuales con jazzistas nacionales de la talla de Chilo Morán, Juan José Calatayud, Eugenio Toussaint, Olivia Revueltas, Héctor Infanzón, Iraida Noriega, Lila Downs e internacionales como Ray Charles, B.B. King, Diana Krall, Arturo Sandoval, Branford Marsallis o Wayne Shorter, han aportado un elemento vital, aglutinador y enriquecedor en la escena y desarrollo del jazz.

Jazzamoart ha presentado su obra alrededor del mundo en más de 500 exposiciones colectivas e individuales, pero igual de importante que la aportación artística es la impronta humana y de estrecha colaboración, de enseñanza y diálogo con todas las personas 

involucradas en los procesos creativos y equipos de trabajo en talleres, museos, galerías o espacios alternativos, con los jóvenes creadores, con el movimiento del arte underground, con los colegas músicos y pintores… en fin, un camino de más de 45 años de autenticidad, lucha y compromiso con el arte.

Aunque lo anterior no lo ha alejado de su tierra, donde las calles, la Plaza de Toros (una de sus aficiones perdidas) y los recuerdos, hacen que sus obras tengan esa presencia de esta ciudad, que a decir de Jazzamoart: “Debemos seguir generando más artistas, para que también nos conozcan por ello y no solo por las fresas”, remató.

AM

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