Guanajuato.- Juan N. y su esposa María N., ambos de 69 años, no creían del todo en la existencia y gravedad del COVID, por lo que nunca quisieron vacunarse. Lamentablemente fallecieron por esta enfermedad en diciembre pasado.
Laura N. compartió a AM la historia de cómo el virus le arrebató a sus padres.
“Ninguno se quiso vacunar. Yo creo que en San Miguel (barrio histórico del municipio de León) hay mucha gente así, que no cree en la enfermedad, que se deja llevar por cuentos, inventos, que en la vacuna les iban a poner otra cosa”, dijo.
Su papá falleció la noche del 26 de diciembre internado en el Hospital General Regional #58 del IMSS. Mientras que su mamá murió tres días después en su casa.
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En el caso del señor Juan N., su hija comentó que primero presentó un fuerte dolor de oídoque cada vez se hacía más fuerte. Lamentablemente eso confundió el diagnóstico y la atención que recibió. Empezó a dolerle la cabeza y dos días presentó fiebre.
El 20 de diciembre lo llevaron a consulta con el otorrinolaringólogo, quien lo notó muy agitado luego de subir las escaleras y registró una oxigenación muy baja. Ahí les dijo que esos eran síntomas de COVID; al otro día se confirmó que era positivo.
El día 21 también se realizó una radiografía de tórax y el neumólogo confirmó la gravedad de la enfermedad. El adulto mayor se resistía a ser internado, pero al final fue convencido.
“Confió en mí y aceptó ingresar a la #58. La tarde del 21 fue la última vez que lo vi”.
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Al mismo tiempo que su padre estaba internado, su mamá comenzó a presentar tos, le hicieron la prueba en la clínica 21 del IMSS y resultó positiva a COVID.
Recordó que los últimos tres días su papá pedía un teléfono en el hospital y les marcaba a diario para pedirles que fueran por él, que ya quería irse a su casa.
“Le decían los doctores que era momento de intubarlo, pero nunca quiso”, dijo.
A petición de la familia, y confiados en una mejoría en su oxigenación, el día 26 por la noche le firmaron el alta voluntaria y, cuando esperaban para llevarlo a casa, “nos salieron a avisar que no aguantó, que falleció. No la podíamos creer”, platicó.
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“Quiso irse con papá”
A la medianoche le avisó a su mamá que su esposo había fallecido. El día 28 en la mañana le dio una tromboembolia pulmonar y permaneció en su casa con oxígeno.
No obstante, anotó, mantenía niveles de oxigenación estables. Sin embargo para el día 29 se notaba muy triste, deprimida por el fallecimiento de su inseparable marido.
“Ese día a las 12 de la noche me dijo: “Quiero un taquito”. Ya casi no comía, cuando regresé de prepararlo ya se había quitado el oxígeno y respiraba peor, me asusté. A la 1:50 de la mañana se veía mal, con ojos rojos, hinchada, dificultad para respirar.
“Le marqué a la doctora y me dijo que pidiera una ambulancia al 011. En lo que marcaba ya estaba en suspiros, falleció. Estoy segura que quiso irse ya con papá”.
Y es que su madre, apuntó la hija, no tenía ningún problema de salud previo. En cambio su papá había sido operado durante el último año entre 2020 y 2021 tres veces por una úlcera y complicaciones, lo que mermó su salud y sus defensas contra el COVID.
“Yo me vacuné y les rogaba para que ellos fueran, pero nunca lo hicieron”, lamentó.
MCMH