León, Guanajuato.- Sin importar el alto contenido de cromo y otros contaminantes, que provocó el cierre definitivo de Química Central de México, ubicada en León, ladrones de fierro desprenden todo lo que encuentran.
Incluso hay personas que habitan entre los residuos tóxicos de lo que fue Química Central de México.
Química Central funcionaba a un costado de la carretera León-San Francisco del Rincón, era única en Latinoamérica en procesar cromo, pero fue clausurada debido al alto grado de contaminación. Se le relaciona con la incidencia de cáncer en la zona y enfermedades pulmonares.
Batallas legales en defensa del medio ambiente concluyeron en el cierre definitivo y la orden de retirar cientos de toneladas de residuos de cromo.
Sin embargo, autoridades y empresarios no han cumplido.
Vecinos de las comunidades cercanas como: Buenavista, El Ratón, Pradera y Los Lorenzos, denuncian que ante la tolerancia de las autoridades, grupos de personas ya viven dentro de las instalaciones, están extrayendo toneladas de material contaminado.
Los ladrones ignoran o no hacen caso al peligro de extraer fierros, acero y láminas.
La delegada de la comunidad de Buenavista, María Chávez, dice que los políticos, principalmente diputados, solo cuando están en campaña acuden a ese sitio en busca del voto y prometen acabar con la contaminación.
Los residuos sólidos despiden olores nauseabundos que invaden la zona. Las lluvias también aumentan la contaminación.
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Viven entre fierros contaminados con cromo
María Chávez vive desde hace 50 años en la comunidad Buenavista, es la delegada del lugar y ha denunciado constantemente la contaminación provocada por Química Central y ahora el saqueo de fierro contaminante.
“Antes la montaña de desechos tenía una lona, pero ya no está y con el viento se levanta un polvo amarillento que se esparce por toda la zona y afecta a la salud, debido a las concentraciones de cromo”, señala María.
Dentro de las instalaciones ya viven grupos de personas que se han dedicado a saquear todo lo que pueden de lo que queda de las instalaciones.
A golpe de marro y cincel retiran ductos de acero, puertas de hierro, y a pesar de estar contaminados van y los venden a las recicladoras.
“A veces viene la Policía de San Francisco y los asusta; se van pero luego vuelven pues hay mucho material y así han ido desvalijando la empresa”, dice Micaela López, también vecina de la comunidad.
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Lamenta que Química Central haya contaminado los arroyos cercanos.
“El pozo que teníamos en Providencia se contaminó, se tuvo que clausurar y se perforó otro en la comunidad de La Pradera”, añadeió Micaela.
La empresa Química Central de México está clausurada desde el 4 de junio de 2014 por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), al detectarse que realizó el almacenamiento de sus residuos peligrosos sin las condiciones de seguridad que establece el Reglamento de la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos.
Se ordenó a la empresa el retiro de todos los residuos peligrosos que han estado almacenados por años inadecuadamente y sin las condiciones de seguridad. Pero desde entonces ni Profepa ni la empresa han dicho nada más y el pasivo ambiental sigue depositado en el sitio.
MCMH