León, Guanajuato.- La bebé Julieta al fin pudo llegar a casa con su papá Mario, quien pasó casi seis meses en trámites para poder comprobar su paternidad.
Mario Alberto López pasó meses de angustia y tristeza sin poder tener a su hija Julieta Noemí en casa y estrecharla entre sus brazos, luego de que la bebé estuviera a punto de quedarse en una casa hogar al no poder comprobar que él era el padre biológico.
AM-Al Día siguió desde un inicio al joven papá en este trámite legal, quien tras un largo proceso, por fin la vida le sonríe.
Todo inició luego de que su pareja Guadalupe Noemí falleció por preeclampsia cuando dio a luz y al no estar casados no había nada que comprobara su paternidad, ya que ni por el civil estaban casados.
Tras no poder comprobar que él era el papá, Mario se dio a la tarea de moverse por sus propios medios contratando abogados, acudiendo a solicitar el apoyo de algunas instancias y a iniciar un proceso legal.
Hubo muchas trabas, hice todo lo posible porque mi hija estuviera conmigo, por lo que recurrí a los medios de comunicación, quienes influyeron mucho porque al hacerse viral, el proceso se agilizó”, explicó agradecido.
Cabe mencionar que al fallecer Guadalupe Noemí, 60 partes de sus órganos dieron la esperanza de vivir a otras personas.
Papá pensó que no recuperaría a su hija
El tiempo pasaba y Mario comentó que aunque hubo días en los que llegó a pensar que no recuperaría a su hija, algo dentro de él le decía que no parara.
Es algo que no se lo deseo a nadie, porque yo sabía que era mi hija y el sentir que te quieran quitar a un hijo, es lo peor que le puede pasar a uno como padre”, explicó.
Tras haber estado la pequeña Noemí tres meses en la clínica 48 del IMSS , fue trasladada a una casa hogar donde a veces la iba a visitar.
Llegar a mi casa y ver las cosas que le habíamos comprado a nuestra bebé y no poderlas poner era algo que me deprimía mucho, además de no poder vivir el duelo de mi pareja, porque de inmediato empezó lo de mi hija”, recordó.
Sin embargo el esfuerzo y los rezos que diariamente hacía valieron la pena, cuando el 12 de julio recibió una llamada en la que se le informó que el juez que llevaba su caso falló a favor.
Fue la mejor noticia que he recibido en la vida, ese día me rompí en llanto porque no la creía”, platicó conmocionado.
María Teresa, mamá de Mario, platicó que se siente la abuela más feliz porque al fin ya tiene a su nieta en casa.
Yo nunca perdí las esperanzas, claro, me ponía mal al ver a mi hijo cómo estaba sufriendo, pero ahora estamos de lo más felices”, agregó alegre.
Mario, con su hija en brazos, dijo sentirse pleno, pues despierta y lo primero que mira es el rostro de su pequeña, a quien le pone la ropa que compró cuando su pareja estaba viva.
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GG