León, Guanajuato.- Tras dos años de celebrarse a puerta cerrada a causa de la pandemia, miles de católicos volvieron a rezar el tradicional Rosario Viviente en el Estadio León.
Con fe y devoción, los fieles creyentes se pusieron en las manos de Dios por intercesión de la Virgen María, y oraron a una sola voz: “Todos somos instrumento de tu paz”.
La entrada al acto religioso fue gratuita, y desde la tarde de ayer se abrieron los accesos del recinto para agilizar el paso de los fieles a sus lugares.
Durante el ingreso de los católicos al estadio, en cada una de las puertas se les obsequiaron rosarios y guías de oración.
Antes de las representaciones del rosario, los maestros de la ceremonia reflexionaron en torno al lema de la edición 68 de este año: “Hazme un instrumento de tu paz”.
Entre cantos, cada uno de los misterios fueron ofrecidos a las víctimas de la violencia, a los enfermos y a cada uno de los asistentes.
Durante la representación de los pasajes bíblicos, se hizo una colecta.
Antes de concluir, los fieles se pusieron de pie y con las velas encendidas pronunciaron la letanía guiada por el arzobispo Alfonso Cortés Contreras, quien bendijo y exhortó a vivir en armonía y a reconstruir la paz con la guía de Dios.
La paz es la armonía en la familia, en el trabajo, en la universidad; pero la gente vive en el temor, la armonía del ser humano está fragmentada, por lo que es necesario reconstruirnos”, mencionó.
Por último, agradeció a los asistentes su participación y al equipo que hizo posible una edición más del Rosario Viviente, el cual concluyó con una lluvia de pirotecnia.
Sin duda, el momento más emotivo del evento religioso se dio durante el encendido de velas. Sin embargo, la ceremonia de anoche no logró reunir a la misma cantidad de fieles que en los años previos a la pandemia.
Con alegría y devoción, participan en desfile
A bordo de carros alegóricos llenos de flores y con cánticos alegres, los feligreses desfilaron desde el parque Hidalgo hasta el Estadio León, previo al Rosario Viviente.
En el tradicional desfile una joven representó a la Virgen María, además participaron niños, sacerdotes y músicos.
Durante el trayecto por el bulevar López Mateos, algunos católicos se dispusieron a seguir al contingente hasta el estadio para ser partícipes de la edición 68 del Rosario Viviente.
En estos tiempos es cuando más se necesita hacer oración y pedir por nuestra hermosa ciudad, que está tan corrompida”, dijo Lucía.
En el desfile participaron grupos juveniles y sacerdotes de templos como el de San Francisco de Asís del Barrio del Coecillo.
Los franciscanos estuvieron acompañados por Abel Barrios, quien representó a Cristo en la Cruz como en los viacrucis del Coecillo.
DSS