León, Guanajuato.- Sin importar el frío y la probabilidad de lluvia, y tras varios años de acudir como visitante, el leonés Julio Salazar consiguió el pase para volar en globo junto a su familia en la mañana del tercer día del festival, pero no lo logró.
“Esperamos que sea una experiencia increíble, estamos emocionados”, señaló Julio al lado de su esposa Mari Cheli y su hijo Iker de nueve años, que esperaban cerca de la cesta del globo que estuvo a punto de surcar el cielo.
Sí estamos emocionados y queremos subir muy alto”, señaló el menor antes de recibir la mala noticia.
A las 7 de la mañana los globos aún no se elevaban, contrario a otras ediciones, cuando a esa hora la mayoría de los gigantes del cielo ya están volando.
La preocupación de los pilotos, reflejada en sus caras, fue la señal para Julio de que no volaría con su familia, pues pagó por cada uno de los pases de abordaje.
Queremos darles la mejor experiencia para ellos, decidimos que las condiciones climáticas no son buenas, quienes tengan la iniciativa de despegar, pueden hacerlo”, dijo el conductor del Festival de los Globos en el escenario principal.
“Una tristeza, no sabemos qué va a pasar”, explicó el padre de familia tras escuchar el aviso oficial.
Otros tripulantes también tuvieron la mala suerte de no despegar ayer, aunque muchos de ellos tenían vuelo de cortesía.
Desde que hicimos el chequeo de entrada nos avisaron que la organización no se hacía responsable si no despegaban, y lo que se pagó se perdió”, señaló la esposa de Julio.
Mientras tanto, en la zona de público general, Elena disfrutó el inflado de globos con sus hijos, quienes se tomaron fotos y subieron historias para presumir a sus amigos.
Vinimos para que ellos disfruten, hoy no se pudo que volaran, pero ya será el siguiente año y entendemos”, explicó.
Por otra parte, Delia Cortés insistió en que el FIG “es un evento que se disfruta, pase lo que pase, aunque siempre es bueno que se eleven”.
DSS