El Palote nace como una necesidad de los leoneses para contener el agua que bajaba de la sierra y así evitar las inundaciones que azotaban mortalmente a la ciudad. 

Luis Alegre Vega, cronista municipal de León, comentó que la demanda por la presa surge desde el siglo XIX, por el constante desborde del río. 

“El Río de los Gómez no es un caudal natural, es en realidad como un desagüe que viene de las sierras, lo que hicieron en algún momento fue ensancharlo y hacer que todos esos arroyitos se fueran por ahí”, explicó. 

“A finales de 1930 las personas reclaman que no tienen agua potable, que no tienen drenaje, no hay alcantarillado a pesar de que hay tanta gente y hay dinero. Y en la matanza de 1946, la demanda más alta era la Presa El Palote”, recordó.

Roberto Plascencia Saldaña en la Presa El Palote en 1977. Cortesía Archivo Histórico Municipal. 

También en 1946, ganó Miguel Alemán Valdés las elecciones nacionales y el primer presidente civil de México después de la época revolucionaria, hace un compromiso con León sobre el inicio de obras de agua potable, alcantarillado y la construcción de la presa. 

Y fue en 1953 cuando comenzó la construcción de El Palote, creada sobre la ex hacienda del mismo nombre. 

El Palote en 1974. Cortesía Archivo Histórico Municipal.

“Se inauguran las obras en 1955 y la presa es la solución para las inundaciones que siempre habían marcado a León, porque todos vivían con el Jesús en la boca, de que se iba a volver a desbordar el Río de los Gómez”, comentó.

Sin embargo, el crecimiento de la ciudad obliga a extender el cauce de concreto para salvaguardar a sus 300 mil vecinos. 
Sapal ha intervenido en todos estos años, construyendo las kilométricas obras que reducen el riesgo de nuevas inundaciones.

Antigua Planta Potabilizadora, Presa El Palote. Fotos: Ramón Malacara.

Antigua Planta Potabilizadora, Presa El Palote. Fotos: Ramón Malacara.

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