León, Guanajuato.- Aunque el Arzobispo José Guadalupe Martín Rábago había hecho ya el anuncio formal, cuando el 1 de enero de 2012 confirmó que nos visitaría el Papa Benedicto XVI los guanajuatenses no terminaban de creer que el Santo Padre vendría a México, dormiría en León y su visita se limitaría a nuestro estado.
Pero cuando el viernes 23 de marzo el repique de las campanas de la Catedral de León, que habían sido refundidas para la ocasión, anunció la llegada del líder universal de la Iglesia Católica, ya no quedó ninguna duda: los guanajuatenses íbamos a escribir una página inolvidable de nuestra historia.
El Presidente Felipe Calderón, el arzobispo Martín Rábago y la Primera Dama Margarita Zavala recibieron al Papa al pie de la escalera del avión ‘Pastor Uno’ de Alitalia, que aterrizó a las 4:12 de la tarde en el Aeropuerto Internacional de Guanajuato.
En las tribunas, llenas de emoción, 4 mil 500 almas le gritaban al Sumo Pontífice: “¡Benedicto, hermano, ya eres mexicano!”.
Defiende libertad religiosa
En el primer mensaje de su visita, el Papa Benedicto XVI señaló que venía a Guanajuato como promotor de la libertad religiosa.
“Vengo como el peregrino de la fe, de la esperanza y de la caridad (…) contribuyendo en una convivencia respetuosa y pacífica, basada en la dignidad de toda persona humana creada por Dios y que ningún poder tiene derecho a olvidar o a despreciar”, dijo en la ceremonia de recepción.
“Esa dignidad se expresa de manera inminente en el derecho fundamental a la libertad religiosa en su genuino sentido, en su plena integridad. Nadie queda excluido por su origen o creencias de esta misión de la Iglesia, que no entra en competencia con otras iniciativas, privadas o públicas, es más, ella colabora gustosa con quienes persiguen estos mismos fines”, dijo Benedicto.
En el vuelo papal
Momentos antes de emprender el vuelo a Guanajuato, el Papa Benedicto XVI atendió las preguntas de los periodistas que viajaban en el Avión Papal, entre ellos Arcelia Becerra, directora editorial de AM, quien pudo entregarle al Papa la revista especial que hizo nuestro diario por su visita.
“México además de todas sus grandes bellezas, tiene el grave problema del narcotráfico y de la violencia. Ciertamente es una gran responsabilidad de la Iglesia Católica en un país con el 80 % de católicos. Tenemos que hacer lo posible contra este mal destructivo para la humanidad y para nuestra juventud”, señaló el Pontífice.
Cimbra a católicos
Nada más salir del Aeropuerto de Silao, Benedicto XVI brindó a los leoneses un momento inolvidable, al tener la oportunidad de vitorear al Papa, que siguió toda la ruta hasta el Colegio Miraflores, donde se hospedó.
Decenas de miles de personas, algunas de las cuales habían esperado más de 10 horas, aclamaron desde las vallas, a lo largo de 38 kilómetros, el paso del “Papamóvil” SCV I.
El corazón del Papa
El sábado 24, el Papa Benedicto XVI sorprendió al cambiar de planes y en lugar de ir a Guanajuato en helicóptero, se trasladó en automóvil.
Pero los leoneses reaccionaron más rápido y en unos cuantos minutos, de manera asombrosa, miles llenaron las calles para conocerlo.
En Guanajuato, el Papa estuvo en la Casa del Conde Rul en donde se reunió con el ex Presidente de México, Felipe Calderón, y platicó con víctimas de la violencia, según se supo más tarde.
Después cambió el semblante de Benedicto XVI cuando le ganó la emoción al salir al balcón y toparse con una multitud de niños y adolescentes congregados para honrarlo en la Plaza de la Paz.
Empezaba a leer su discurso y en la segunda línea improvisó diciendo: “Muy contento el corazón del Papa”. La multitud respondió entregándole su corazón.
Enorme muestra de fe
Con música, rezos y un cúmulo de esperanza miles de fieles pasaron la madrugada del domingo 25 de marzo en el Parque Bicentenario para participar en la misa multitudinaria.
En un hecho inédito y antes de aterrizar en el Parque Bicentenario para celebrar la magna misa a las 10 de la mañana, el Papa Benedicto XVI sobrevoló en helicóptero el cerro de El Cubilete para bendecir a Cristo Rey, símbolo de Guanajuato que en la noche el Santo Padre encendió desde la Catedral de León.
El padre Federico Lombardi, vocero de prensa de la Santa Sede, estimó que unas 640 mil personas estuvieron presentes en la misa en el Parque Bicentenario.
Benedicto XVI recorrió sonriente y saludando durante 20 minutos la Expo Bicentenario, con un vistoso sombrero de charro.
El Sumo Pontífice reconoció en la misa que el País vive injusticia y que muchas familias sufren por la corrupción y el narcotráfico; además encomendó a los mexicanos a la Virgen de Guadalupe ante cardenales, obispos de México y Latinoamérica y cerca de 3 mil sacerdotes y 16 diáconos.
El deseo
“Al venir aquí he podido acercarme al monumento a Cristo Rey, en lo alto de El Cubilete. Mi venerado predecesor, el Beato Papa Juan Pablo II, aunque lo deseó ardientemente, no pudo visitar este lugar emblemático de la fe del pueblo mexicano en sus viajes a esta querida tierra. Seguramente se alegrará hoy desde el cielo de que el Señor me haya concedido la gracia de poder estar ahora con ustedes”.
Aconseja a Cardenales
Las campanas de la Catedral Metropolitana de León repicaron a gloria para recibir al Papa Benedicto XVI la noche del domingo 25.
Decenas de miles se congregaron alrededor de la Catedral Basílica de Nuestra Madre Santísima de la Luz para ver pasar al Papa.
Benedicto XVI pidió a obispos y cardenales mantenerse cerca de los sacerdotes en la celebración de Vísperas y dirigió su mensaje a los cardenales y a los representantes de grupos de apostolado que colaboran con la Iglesia.
Igual les encomendó estar del lado y cercanos a la población pobre y marginada de este continente.
¡Con mariachi!
En su última noche en León, el Papa Benedicto XVI rompió todo protocolo y salió de su residencia en el Colegio Miraflores, para ponerse nuevamente un sombrero de charro (ya lo había hecho en la Expo Bicentenario, escuchar la música de los mariachis y los gritos de los mexicanos.
“Ahora podré decir que México va a permanecer siempre en mi corazón”, dijo el Papa, lo que provocó que los cientos de personas que lo vitoreaban se rindieran a sus palabras, sin importarles el cansancio por largas horas de espera.
La despedida
“¡Benedicto, amigo, León se va contigo!”, gritaron a coro más de 4 mil gargantas, en el Aeropuerto, en la despedida del Papa, el lunes 26.
“Adiós, hasta siempre en el amor de Cristo”, dijo el Papa en respuesta, al despedirse.
Fueron aquellas jornadas inolvidables, de grandes recuerdos que siguen grabados en el corazón de los leoneses.
Curiosamente, del único contratiempo que surgió, nos enteramos casi un año después, cuando el director de «L’Osservatore Romano», Gian Maria Vian -uno de los periodistas que acompañaron al Pontífice en su viaje- confirmó que la mañana del 25 de marzo, antes de dirigirse a la misa, Benedicto XVI se había golpeado la cabeza mientras buscaba la luz en su cuarto.
Se especuló entonces que aquel tropiezo había precipitado la decisión de Benedicto XVI de renunciar al papado, que anunció en febrero de 2013, que fue cuando trascendió el percance.
HLL