Don Julián y su esposa en un momento de descanso en su camino a San Juan de los Lagos. Juntos llevan 25 años yendo a ver a la Virgen

León, Guanajuato.- El gusto de visitar a la Virgen de San Juan de los Lagos y para pedir por todos los enfermos es lo que ha motivado a Julián Antonio Núñez a caminar por más de 140 kilómetros.

De oficio carpintero y “sobador” en equipos de futbol, el señor Julián, de 60 años de vida, lleva 47 caminando desde Irapuato hasta la Catedral Basílica de San Juan de los Lagos.

Es lo que me inculcaron mis abuelos”, dice al punto del llanto por recordar su adolescencia; desde los 13 años ha caminado sin una manda, solo por el gusto de ver a la Virgen y pedir por todos los enfermos, comentó.

“Casi el único milagro es llegar, ese el único que nos ha tocado hasta hoy”, dice sonriente y afirma que no espera nada a cambio, lo hace con mucho gusto “y hasta que Dios nos dé licencia”.

Él y su esposa iniciaron hace unos días el trayecto desde la colonia Bellavista en Irapuato, como desde hace aproximadamente 25 años, pero en Silao los asaltaron.

Nos asaltaron hace unos días en Silao, no nos hicieron nada gracias a Dios y a la Virgen, pero tuvimos que regresar a conseguir más dinero y aquí ya vamos”, comentó. Afirma que planean llegar el viernes a San Juan de los Lagos.

“Como mi esposa camina despacio, ni modo de dejarla, ahí vamos al pasito, pero de que llegamos, llegamos, si Dios nos da licencia”. 

Agregó que sus nueras, hijos y nietos se adelantaron, pero ellos van a su paso. 

Como muchas personas lo platican, Julián dice que ha escuchado de todo tipo de historias de sucesos extraños que ocurren en el camino.

 

Julián Antonio Núñez, carpintero y sobador en equipos de futbol, en Irapuato. Foto: Eduardo Tapia.

“A mí me tocó una vez, si me la quieren creer o no, miré como unas bolas de fuego que venían, pero ha de haber sido porque venía cansado o no sé, ahí por las Siete Lomas, también se miraba como que venían unos en bicicleta, hasta le dije a mi señora ‘hazte para un lado’, como ella no oye, la jalé y no venía nadie, eran como las 3 de la mañana”, comentó.

Dice haber escuchado historias de gente a la que le piden ayuda para cargar una mochila y al llegar, la abren y son huesos, “son muertitos que no cumplen su manda y la gente de eso se valen para ir”, mencionó.

La pareja de irapuatenses se prepara con pomadas, vendas, alcohol y agua, “que nunca falte el agua”, afirma el señor Julián, quien también agradeció a la gente que se encuentra en el camino y que los apoya con comida, “gracias también a todos ellos también llegamos”, puntualizó.

AM

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