León, Guanajuato.- La Casa del Migrante Galilea es un inmueble centenario de dos mil 800 metros cuadrados que hace cinco años fue transformado para convertirse en el destino pasajero de cientos de migrantes a su paso por León.
Dicho refugio, que funciona gracias a donativos de asociaciones civiles, empresarios y vecinos de colonias aledañas, se ubica en el barrio de San Miguel en la calle Independencia 878, esquina con la calle Río Balsas.
En la casa de fachada blanca, donde se aprecia el dibujo de la silueta de un migrante y el Arco de la Calzada, la noche del pasado martes durmieron 82 migrantes de Haití y uno de Honduras, cuatro son niños y dos son bebés; solo se esperaba la llegada de 30.
Así lo informó en entrevista para AM, Luis Álvarez Guevara, director de la Casa del Migrante Galilea quien detalló que, en promedio, este espacio recibe a 30 migrantes al mes y destacó que en lo que resta del año se espera una oleada o paso de hasta tres mil migrantes por Guanajuato.
“Somos una organización que depende de Servicios Educativos del Bajío A.C. (SEBAJ) que tienen la orientación jesuita. Esta casa del migrante tiene aproximadamente cinco años que abrió sus puertas. Inicialmente fue un convento para las Madres Vicentinas y luego una escuela.
Es una casa que tiene más de 100 años, se habilitaron áreas para convertirla en refugio. Esto nace de la comunidad de vida cristiana de los jesuitas, de gente del Instituto Lux y la Universidad Iberoamericana”, compartió.
Tiene Guanajuato tres refugios para migrantes
Este es uno de los tres refugios que hay para migrantes en todo el estado y el que tiene mayor capacidad, según Álvarez Guevara y cuenta con una capilla, 12 dormitorios, una cocina industrial con dos refrigeradores y un congelador.
Así como un área de usos múltiples que se usa como comedor, un patio, sanitarios y un área para lavar ropa.
“Estamos atendiendo a 83 personas, llegaron el martes por la noche, esperábamos a 30 y tenemos capacidad para albergar cómodamente a 50, con colchonetas, literas y alimentos para esa cantidad, es decir que 30 personas es el cupo adecuado”.
Sin embargo, como nos rebasó el número hicimos uso de más colchonetas y aplicamos la frase de “rincón a rincón todo es colchón” y así habilitamos todas las áreas comunes para acomodarlos”.
¿Por qué Galilea?
El origen de la Casa del Migrante Galilea viene de la comunidad de vida cristiana Jesuita, Jesús era un migrante que llevaba la palabra del Padre de un lugar a otro y por ello se le da el nombre de Galilea que tiene ese sentido bíblico.
¿Cómo puedo ayudar a Casa del Migrante Galilea?
Álvarez hizo un llamado a la población en general y que tenga la posibilidad de realizar donativos de víveres como arroz, frijol, huevo, leche, agua embotellada y fruta, así como de medicamentos básicos como alcohol, paracetamol, vendas y artículos de higiene personal.
También se recibe ayuda económica en las oficinas de SEBAJ, ubicadas en bulevar Delta 801 y se puede dar recibo deducible de impuestos.
Las personas interesadas en apoyar se pueden comunicar con Carlos Álvarez al número 477 409 5126 o al correo charlyalvarez499@gmail.com.
Ayer AM estuvo en el lugar entre la 1 y 2 de la tarde y había unos 20 migrantes, algunos dormían sobre colchonetas distribuidas en diferentes espacios de la casa, otros platicaban sentados en unas sillas en el patio, mientras que unos se entretenían en su celular.
En la azotea de la casa se apreciaban varios tendederos llenos de prendas que se secaban al sol y en la cocina Marta Meza preparaba frijoles, arroz, atún y agua fresca.
“Estamos preparando los frijoles para darles de comer a todas estas personas que llegaron desde Haití, es con mucho gusto y para que se vayan contentos y no digan que no los tratamos bien”, expresó.
Sin avance, Migración no atiende a haitianos
Sentados junto a sus pocas pertenencias, Wisnick y su mamá esperaron otra vez afuera de las oficinas de Migración en León una respuesta positiva y que se les otorgue el permiso de trabajo; sin embargo, hasta la tarde de hoy su situación y la de decenas de migrantes haitianos sigue sin resolverse.
Siguen igual, estamos esperando nada más hasta mañana y los días siguientes, esperamos una respuesta positiva, tenemos que hacer algo. No vamos a regresar al refugio, allá no conviene ni tampoco nos van a recibir por mucho tiempo”.
“Está muy malo allá porque uno quiere bañarse y la ducha está ocupada, ejemplo mi mamá quiere bañarse en la mañana y que no, no sé porqué. Por el momento nos vamos a quedar aquí. Ellos (Migración) saben bien lo que están haciendo porque darnos el carnet no les cuesta nada, eso no es mucho tiempo”, comentó.
El joven platicó que ayer a pesar de que estuvo en el refugio prefirió salir a comprar un pan y una bebida para cenar, pues dijo no estar seguro de que hubiera suficiente comida para todos.
“Parece que no hay mucho para comer, nos salimos como seis personas, también compré un pan para mi mamá y así pasamos la noche. Hoy unas personas nos trajeron un pan, un plátano y bebida y así pasamos el día, gracias a Dios”, expresó.
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