León, Guanajuato.- La falta de cultura vial de los usuarios del transporte público y la prisa de los choferes para cumplir con horarios establecidos, que los lleva a dedicar pocos segundos al abordaje, han provocado incidentes que de momento no han sido fatales, pero sí han resultado en golpes.
Uno de estos episodios se registró la tarde del viernes en el paradero de la clínica 21 del IMSS, donde el conductor del vehículo número LET-107 de la Línea 2 cerró las puertas cuando aún abordaba gente, golpeando a una mujer de la tercera edad.
La mujer estuvo a punto de caer, pero fue auxiliada por otros usuarios. El chofer volvió a abrir las puertas y permitió el acceso de las personas que se quedaron afuera.
Yo digo que solo den chanza de subir y bajar bien, que no le cierren de volada porque ahorita ya casi me agarraba el pie, mi esposo trae su mano lastimada y por instinto, la metió y casi se la agarra también”.
Así lo denunció Lourdes, quien junto con su esposo Heriberto, salieron de consulta y abordaron una oruga rumbo al centro.
“Que se fije, que no vaya distraído con el celular, porque apenas bajó la gente y luego luego le cerró y ya le iba a agarrar el pie y la mano a mi esposa y yo con la mano lesionada, por instinto la metí. Le recordé el 10 de Mayo, la verdad y me contestó con el claxon”, dijo don Heriberto.
Por ello, solicitó a los choferes más educación y a los concesionarios mayor capacitación, “que -los conductores- lleven más tiempo, para que no pasen los accidentes”.
En el trayecto, la mujer denunció que esta situación ocurre también en la línea 10, donde el chofer del camión número 1314 da un trato prepotente a los usuarios que abordan el autobús, los carrerea enojado y “casi le arrebata a uno el dinero”.
“Un día se subió un señor ya grande y el chofer nos decía -Córranle, apúrenle, apúrenle-, el señor le dijo que no podía más rápido, yo le dije al chofer, tranquilízate, el señor ya está grande. El chofer me contestó -Es que aquí se deben subir rápido-, pero así, bien prepotente”, lamentó.
Más denuncias
Otros usuarios del Sistema Integrado de Transporte (SIT), denunciaron casos similares, pero en ocasiones, las propias personas son imprudentes.
A mí me ha tocado que suena la alarma para cerrar las puertas y todavía corren y brincan, eso no es culpa del transporte, es conciencia ciudadana. Hay muchachos que se les ha trabado el pie o les ha prensado el brazo, la mochila, pero eso es cultura general”, dijo Maribel Arredondo.
Andrea Martínez contó que hace un mes atestiguó cómo a un estudiante casi se le atora su mochila en uno de los paraderos sobre el bulevar Miguel Alemán, en la Línea 7 Maravillas.
“Viene demasiada gente en todos los paraderos, muchos salen, muchos entran y llega un momento en que -el chofer debe cerrar- por el exceso de gente. -Te arriesgas o- te quedas esperando la otra ruta que venga más sola”, dijo.
Evelyn, una estudiante, fue testigo hace unos dos meses de cómo un señor de más de 70 años fue golpeado por la puerta y no alcanzó a subir en un vehículo de la Línea 5, en Vista Hermosa rumbo a la base.
Hanna, otra alumna, denunció que la semana pasada estuvo a punto de caerse mientras intentaba subir a una oruga de la Línea 4 en el paradero Centro Histórico.
“Toda la gente se aventó y me iba a caer, iba entrando y subiendo mucha gente. Fue muy poquito el tiempo que el chofer dejó para que bajáramos y subiéramos”, se quejó.
AM