León, Guanajuato.- “¡No, yo prefiero matarme! ¡Mi niña, ay no, mi niña!”, gritaba desesperada una mujer que entró en ‘shock’ luego de ser detenida en un operativo del alcoholímetro. Se trata de una abuelita que conducía en estado de ebriedad en el bulevar Juan Alonso de Torres, acompañada por su nieta de 2 años.
Son las 11 de la noche del viernes 26 de mayo, la lluvia cesó y es fin de semana, algunos leoneses se divierten y el consumo de alcohol es parte de esa diversión.
Para disminuir el número de accidentes viales, policías de León que integran el grupo “Salvando Vidas” llevaron a cabo en el bulevar Juan Alonso de Torres, el operativo popularmente conocido como “alcoholímetro”.
Después de la lluvia de ese viernes, la más abundante de este 2023, las calles de la ciudad se vuelven más peligrosas, sobre todo si quien conduce ha tomado unas copas en las últimas horas.
“¡Chin! ¡Ya me agarraron! ¿Y ahora qué?”, son parte de las expresiones que los policías que participan en los operativos escuchan cada fin de semana de los conductores que tratan de evadir la prueba que verifica si están aptos para conducir un vehículo.
A veces los conductores mienten para intentar evadir el arresto, pues en León no se aplican multas para conductores en estado de ebriedad, los detenidos van directo al “torito”, donde pueden pasar hasta 34 horas arrestados.
En el camellón y en la orilla del bulevar se podían ver las latas de cerveza que eran arrojadas por los automovilistas y acompañantes antes de llegar al primer filtro para la prueba.
Esa noche una de las detenidas fue “María” (nombre ficticio), de unos 50 años, quien conducía un auto Ford K rojo y llevaba a su nieta de 2 años acostada en el asiento trasero.
Dentro del vehículo llevaba una botella de tequila a medio consumir, junto al asiento del conductor.
Tras ser sometida a la prueba del alcoholímetro se conoció que sus niveles excedían los límites permitidos, por lo que fue detenida.
Perdió el control, comenzó a llorar y a gritos y con frases que apenas podía articular pedía que la llevaran con su nieta.
Pero no fue la única, esa noche más de un conductor fue llevado a los separos por conducir en estado de ebriedad.
Estaba tapado aquí (el bulevar Vasco de Quiroga), entonces dije ‘¡ya valió ver…!’, le dije a mi papá ‘por acá… ¡no, está un retén!’
“Nos cruzamos, dales claves, di las claves, ah ‘pos’ sóplele, mire jefe, espérese, tenga (le ofrecía dinero a las autoridades)”, dijo otra mujer que iba con sus dos hijos, una niña de 5 años y un niño de 7.
Ella viajaba de pasajera, su papá era el conductor y ambos estaban alcoholizados. En el vehículo había envases de cerveza conocidas como “caguamas”.
Solo su papá fue detenido, pero ella no pudo llevarse la camioneta Ford Explorer en la que viajaban porque tampoco estaba apta para manejar, el vehículo fue llevado al corralón.
Ella y sus hijos se fueron caminando a su vivienda ubicada en la colonia León I.
Sorprenden pretextos de automovilistas
Los policías que participan en el operativo se dicen sorprendidos de cómo las historias se repiten cada fin de semana, pues los conductores no entienden las consecuencias de conducir bajo los efectos del alcohol.
“Es una constante, siempre es lo mismo cada fin de semana, se molestan porque estamos salvando o evitando que acaben con su vida o la de alguien más.
Hacen de todo para poder librar estos operativos, nosotros hacemos nuestro trabajo, pero también depende mucho de la otra parte (automovilistas)”, lamentó uno de los agentes.
Y es en ese ese instante cuando ante la autoridad los conductores alcoholizados se dicen influyentes, o aseguran tener algún pariente poderoso, que son artistas o abogados.
“Las frases más comunes que utilizan los conductores después de preguntarles cuántas copas tomó, son: ‘dos cervezas’, ‘soy abogado’, ‘vivo aquí a una cuadra’, ‘ya casi llego a mi casa’”, compartió el comandante Jorge Pérez Malacara, quien funge como supervisor.
El artículo 127 estipula que tiene prohibido conducir vehículos de motor cuando se encuentra en estado de ebriedad y se certifica médicamente con un grado de alcohol de 0.8 gramos por litro.
“El límite del alcoholímetro es 0.40 miligramos de alcohol en aire espirado, si usted rebasa ese límite, usted se convierte en un infractor al Reglamento de Tránsito”, dijo el doctor Carlos Omar Bravo que también forma parte del operativo.
En el Escuadrón Salvando Vidas participan 31 elementos, entre ellos tres médicos, policías viales, hombres y mujeres, estas últimas apoyan a resguardar a menores de edad que a veces viajan con los conductores que son detenidos.
Las 40 vallas metálicas y los 20 conos que forman parte de este operativo, marcan la división de los dos carriles de la lateral del bulevar Juan Alonso de Torres, justo frente a la Unidad Deportiva de León I.
Además, una grúa de Policía Vial y tres más concesionadas, que permanecen para trasladar los vehículos a las pensiones.
Una oruga del Optibús que ya no se usa para el transporte público se acondicionó como Juzgado Cívico y lo usan cada fin de semana para realizar los operativos.
Del lado del conductor está la parte donde se capturan las infracciones de conductores que no pasan la prueba del alcoholímetro.
También hay un área para resguardo de menores y un área médica donde se encuentran los doctores que aplican las pruebas, y el área de los jueces cívicos y al final del corredor un área de barandilla.
En el operativo los policías usan una vagoneta donde fue instalado un centro de videovigilancia, a cargo del agente Eduardo Sánchez Hernández.
El comandante Pérez Malacara tiene 27 años de trayectoria en la corporación, y platicó algunas de sus experiencias en estos operativos.
Una experiencia reciente fue cuando detectamos a un joven de 18 años que venía de un antro, no pasó la prueba del alcoholímetro, le hablaron a los familiares; llegaron los papás sorprendidos y llorando porque era la primera vez que detenían a su hijo.
“Nosotros pensamos que iban a llegar molestos, pero fue todo lo contrario, los papás nos dieron hasta las gracias, gracias porque le salvaron la vida a mi hijo”, contó.
Para las 12:45 de la madrugada la fila de automovilistas en los carriles laterales del bulevar “Las Torres” ya se había extendido hasta el bulevar Vasco de Quiroga.
Como medida preventiva, en el retén se instala también un dispositivo conocido como “ponchallantas”.
Sirve para frenar a los automovilistas que tratan de huir y ponen en riesgo a los policías y personal de la Secretaría de Seguridad de León que participa en estos operativos.
“El conductor quiere evadir el filtro y es cuando el elemento motociclista debe de estar bien atento a cualquier indicación”, indicó el comandante Malacara.
Esa noche entre las 11 y la 1 de la mañana cinco menores quedaron en el área de resguardo a cargo de una agente vial, pues sus familiares fueron detenidos por conducir ebrios.
Se detuvo a 15 personas, la mayoría hombres, las llevaron a la Delegación Norte de Policía , donde tuvieron que cumplir las horas de arresto que dictaminó el juez en turno.
AM