León, Guanajuato – La sociedad actual tiene enfermedades del alma y del espíritu como los vicios, la violencia, la pobreza y una educación débil que no permiten realizar una vida plena, ni que México se enfile por un camino de verdad, de justicia y de paz, expresó el arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras.
Esto durante la misa de las 12 del día celebrada este domingo en la Catedral Metropolitana de León como parte de la jornada en memoria de las víctimas de violencia que se realiza de manera simultánea a nivel nacional y en 136 parroquias de la Arquidiócesis.
“Hoy la sociedad tiene dolencias, tiene soledad y hay tantas formas de soledad. Los mismos vicios que a veces se apoderan del corazón y de la vida de jóvenes, los vicios que se apoderan de tanta gente y que los disminuyen como seres humanos, el alcoholismo, por ejemplo.
“Ese daño de la violencia y de la división que tenemos en México, de este mundo del miedo donde vivimos, esas son las dolencias de la sociedad. Hay mucha gente sola, sin esperanza y ahí es donde el cristiano tiene que ir”, exhortó.
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Monseñor afirmó que los fieles tienen la obligación de ser la luz que salve la Tierra, de curar las dolencias y de consolar, pues es la labor de la iglesia y esta debería ser la tarea principal de cualquier comunidad cristiana.
Urge conocer el Evangelio
Y es cuando decimos que la iglesia debe ser misionera y anunciar a Jesucristo a nuestro alrededor: en la familia, en el trabajo y en donde estudiamos.
Dar testimonio de Jesús y anunciar el evangelio de Jesucristo y dar a conocer el evangelio y, cuando el Señor dice sean luz en la Tierra quiere decir que los cristianos y los católicos debemos iluminar no con nuestra propia luz, sino nosotros reflejar la luz de Dios en medio de la sociedad”, mencionó.
Cortés Contreras hizo un llamado a los fieles a curar las dolencias de la sociedad que son muchas, como la pobreza material, la pobreza de la educación, debido a que se tiene una educación débil, misma que se vio más afectada por la pandemia de COVID.
“Tenemos una cantidad enorme de niños y adolescentes que con esta pandemia que sufrimos millones de niños y jóvenes no regresaron a la escuela, esos niños van a estar ahí sin crecer humanamente y a veces ni cristianamente.
“Hay mucha necesidad de escucha y de ayuda y todos podemos hacer algo y estamos obedeciendo a esa invitación del Señor, vayan y curen las dolencias, vayan y sanen las enfermedades”, invitó.
Añadió que la comunidad cristiana debe empezar a curar estas dolencias en su propio entorno, en la propia familia, amigos, compañeros de trabajo y vecinos y ser operadores y cooperadores de Cristo.
Además de ofrecer esta misa por la paz también se ofreció a los padres de familia y a los apóstoles y los obispos para que Dios les dé la fuerza para conducir y cuidar al pueblo de Dios que es su iglesia.
A los padres de familia para que Dios con ese don que les ha dado de la paternidad junto con las madres formen las familias y sean también imitadores del corazón de Dios”, expresó el Arzobispo de León.
PCCD