León, Guanajuato.- Hace 35 años, los leoneses dijeron no a la imposición electoral. El domingo 6 de julio de 1988, el gobierno del PRI pretendió burlar la voluntad popular, pero los leoneses no se dejaron.
Cuando llegaron a votar, numerosas urnas en los tres distritos electorales de la ciudad estaban atiborradas de boletas cruzadas a favor del PRI, pero la indignación popular impidió que se concretara el fraude.
Se celebraban aquel día elecciones en todo el País. Carlos Salinas de Gortari, Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Clouthier y Rosario Ibarra de Piedra disputaban la Presidencia de la República. Se renovaban también el Congreso de la Unión y el Senado de la República.

Las elecciones las organizaba la Comisión Federal Electoral, que presidía el Secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz. Y tres décadas y media después, Bartlett sigue en la primera línea de la política, ahora como director general de la Comisión Federal de Electricidad en la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Todo apuntaba a que en León el partido oficial sería derrotado y el PRI pretendió impedirlo y puso manos a la obra.
Las irregularidades afloraron en toda la ciudad y los leoneses reclamaron y quemaron boletas en protesta contra el intento de imposición. La vigilancia de la fuerza pública, al servicio del fraude, no impidió los reclamos. En la casilla 66 de Los Castillos, pese a la presencia de soldados, se quemaron cientos de sufragios.

Unos mil votos cruzados para el PRI, colocados desde antes de comenzar la jornada, fueron destruidos por electores enojados en la casilla 65-C, en Valle de Señora.
La escena del fraude se repitió en la calle Sagitario. En la colonia Azteca se descubrió otra urna ‘inflada’ antes del inicio de la votación, y en San Juan Bosco, en la casilla 17-A, y en la zona rural sucedió lo mismo.
En la colonia Valle de León, la casilla 1-A, fue ‘tomada’ por los votantes.
Boletas originales fueron recogidas por los ciudadanos que impidieron el fraude.
Así ocurrieron los hechos
Un testigo platicó a AM lo que había visto:.
“En la casilla 60B del once Distrito Electoral Federal y Cuarto Distrito Electoral Estatal, localizada en Marina nacional, colonia San Marcos, fui testigo de la voluntad de los leoneses para que se respetara el voto. A las ocho y media de la mañana los representantes de los partidos y los votantes encontraron las urnas llenas. Pidieron que se abrieran y el Presidente de la casilla se resistía. Luego, ante la solicitud de la fuerza pública y los llamados ‘comandos’, el Presidente tuvo que ceder. La gente sacó las boletas previamente marcadas por el PRI, algunos representantes de partidos filmaron el momento de ‘desembarazar las urnas’ y acto seguido empezó la votación en santa paz”.

La solución no fue tan tranquila en todas las casillas. En muchas hubo insultos, jaloneos, quema de las boletas marcadas y presencia de la fuerza pública.
Cuatro panistas fueron puestos a disposición de la PGR, por intentar trasladar los falsos votos al comité distrital, como muestra de la transa. Días después fueron liberados, no hubo al final cargos en su contra.
Pero el gobernador priista de Guanajuato vio otra historia. “Se lograron votaciones tranquilas”, dijo Rafael Corrales Ayala.
Rotunda victoria
El esfuerzo de los leoneses por frustrar el fraude en favor del PRI dio resultados. El PAN obtuvo su primer “carro completo” en León, con el triunfo en las tres diputaciones federales con Vicente Fox, Elías Villegas y José Pedro Gama Medina y en las tres diputaciones locales con Salvador Echeveste, J. Guadalupe Vargas y Gabriel Hernández Jaime.
Fox Quesada consiguió su primer puesto de elección popular, la diputación federal por el III Distrito, al obtener 29 mil 261 votos contra 18 mil 460 del líder cetemista Juan Rojas Moreno.

Los panistas consiguieron además una diputación plurinominal local y dos plurinominales federales.
En el reparto para el Congreso, el PRI en León quedó con dos diputados locales, uno el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) y otro el Partido Demócrata Mexicano (PDM).
El PRI logró también el triunfo de sus candidatos al Senado, José de Jesús Padilla y Martín Montaño.
El relato
AM relató en la nota principal de su edición del lunes 7:
“Viejos vicios reaparecieron: desde antes de iniciar las votaciones, numerosas urnas en los 3 distritos de León contenían miles de boletas en favor del PRI.
Partidos políticos y AM consignaron un número de irregularidades sin precedentes, en esta ciudad y el área rural.
La indignación ante este hecho desbordó en varias ocasiones los ánimos en varias ocasiones y decenas de ciudadanos -integrantes y no del Partido Acción Nacional- decidieron “enmendar” las anomalías por los cauces que creyeron oportunos: en algunos casos las urnas llenadas previamente fueron vaciadas por los propios votantes, ante la impotencia de los funcionarios electores y los votos fueron llevados a los comités distritales.
En otros casos, también los mismos votantes sacaron los sufragios y los quemaron.

Algunos más debieron sufrir las consecuencias de su temeridad: al “decomisar” los votos apócrifos, fueron detenidos por la Policía. Hay 4 panistas consignados por encontrarles en su poder votos ya marcados que pretendían hacer llegar -como testimonio del fraude- al comité distrital más cercano.
Irregularidades secundarias, pero igualmente numerosas, fueron también en León los casos de votantes que -incluso con credencial vigente- no aparecieron en el padrón respectivo.
Las primeras discusiones fuertes del día se registraron en la casilla de Ibarrilla, que no funcionó luego de que panistas descubrieron urnas embarazadas antes de iniciar las votaciones.
En las comisiones estatal y local del estado, el PRI acusó al PAN de robar votos y de usarlos en contra del partido tricolor.
Las quejas de la ciudadanía llovían tanto o más copiosamente que los aguaceros registrados por la tarde, que sin embargo no impidieron la afluencia de votantes a las casillas, incluso en la hora oficial de cierre, cuando en numerosos lugares la gente hacía filas para sufragar”.
CA