León, Guanajuato. – Cambiar los dulces y juguetes por libros en los consultorios de pediatras para beneficiar la salud física y mental de los pequeños pacientes, es un área de oportunidad para este gremio médico.
La pediatra María Berenice Mercado Villegas afirmó que, para la instalación de salas de lectura en los consultorios privados, públicos e incluso en áreas hospitalarias que lo permitan no se requiere de gran infraestructura, solo de voluntad.
Durante su conferencia “Creación de salas de lectura en el consultorio pediátrico” en el Décimo segundo Congreso del Colegio de Pediatras del Estado de Guanajuato destacó que el fomento de la lectura dentro de las instituciones hospitalarias tiene un gran impacto en favor de la calidad de vida del niño internado.
Detalló que, en México, se leen en promedio 1.4 libros al año por persona, según el sitio lectupedia.com y cuestionó qué participación tienen los pediatras en la promoción de la lectura y los beneficios para la salud infantil.
“Como pediatras tenemos mucha participación, es primordial, desde el 2016 la Confederación Nacional de Pediatría firmó el programa de lectura y se empieza a trabajar. Se ha mencionado también la famosa receta de la lectura.
Está demostrado que la lectura va a fortalecer el desarrollo físico, cognitivo y emocional del niño, también desarrolla el lenguaje y en el momento de pensar qué libros voy a poner en mi consultorio, ahí tenemos que ser selectivos y considerar a la población que atendemos y considerar en qué etapa se encuentra el menor”, aconsejó.
Mercado Villegas enfatizó que la lectura es una función cerebral que al no ser ejercitada antes de los 14 años el niño se habría acostumbrado a leer, por tanto, da lugar a perder el interés y la lectura se vuelve una actividad negativa, por lo que es importante desarrollar el hábito de leer antes de esta edad.
Añadió que la lectura al interior de los hospitales también es una manera de seguir manteniendo una relación del niño con su vida cotidiana ya que los libros juegan un papel importante en el estado anímico de los menores.
Además de que los libros contribuyen a través de las historias y los cuentos a aliviar el dolor que produce la enfermedad y disminuir la angustia de separación de los familiares y el temor a lo desconocido.
Finalmente, la pediatra reiteró que una sala de lectura en los servicios médicos no implica un gasto mayor, por lo que dijo no perder la esperanza de que en un futuro haya bibliotecas hospitalarias y aprovechar el valor terapéutico de la lectura.
GT