León, Guanajuato.- Los nuevos libros de texto gratuitos tienen un contenido adecuado, solamente falta entender el modelo educativo que siguen y capacitar a los docentes para su uso, defendió Héctor Manuel Rodríguez Figueroa, ex evaluador de libros de texto gratuitos de nivel secundaria para la SEP en la administración federal 2012-2018, maestro en investigación educativa, doctor en estudios socioculturales y académico de tiempo completo del departamento de Ciencias Sociales y Humanidades en la Universidad Iberoamericana de León.
“Lo que creo que es apresurado es la aplicación. Yo creo que deberían (el Gobierno del Estado) entregarlos y trabajar con lo que vean que puede ser necesario para el contexto de las y los estudiantes. Si no se entregan sí se va a afectar (a la escuela pública).
No es que crea que todo está perfecto, pero para mí el principal problema con la Nueva Escuela Mexicana es que no ha habido suficiente capacitación, sí ha habido capacitación, pero me parece que ha sido muy apresurada y creo que como sistema educativo, este nuevo modelo que se está implementando sí es un salto importante como se venía haciendo”, apuntó Rodríguez Figueroa.
El académico señaló que, después de revisarlos, considera que la razón por la que causan polémica es porque no se está entendiendo el contexto pedagógico educativo en el cual están enmarcados.
Solamente son una herramienta en esta ocasión. Hace 50 años los libros de texto eran para sustituir a los docentes prácticamente, ahora resulta que están subsumidos a una parte muy específica de la planeación docente”, indicó.
Recordó que para ahora para el uso de estos libros, los docentes primero tienen que hacer un diagnóstico de las necesidades del estudiantado en cada localidad, después revisar el programa sintético en donde vienen los aprendizajes que se necesitan saber, los campos formativos, para llegar al contenido de cada uno de los libros, escoger los adecuados para las necesidades de cada escuela y adaptarlos a las clase, con base en la planeación.
Y, como antecedente, refirió que desde la reforma integral a la educación básica de 2011, ya se cambió a un modelo por competencias y después en la administración federal pasada se cambió a un modelo de aprendizajes clave.
“Ya iba encaminándose hacia este tipo de planeaciones más integrales, a lo que generalmente se le llama aprendizaje basado en proyectos, ese es el núcleo. A partir de ahí empiezan a surgir muchas de las polémicas porque no se está entendiendo bien desde donde se está partiendo pedagógicamente.
Ahora no es un saber mecánico, nada más saber que dos más dos son cuatro sino para qué te sirve eso, para qué te va a servir leer, comunicarte, en dónde lo puedes aplicar, por qué es importante en tu contexto, como lo puedes ver en tu vida cotidiana, de eso se trata digamos el planteamiento general de la nueva escuela mexicana y a partir de ahí es cuando tenemos que empezar a revisar los libros de texto. El planteamiento es mucho más complejo, no hay que verlos como los veíamos tal vez en nuestra época”, argumentó el docente.
Errores siempre ha habido
Finalmente, el académico defendió que los libros de texto gratuitos siempre han contenido errores y que aquí debe entrar la labor de las y los docentes para aclararlos en el aula.
“Definitivamente tienen que corregir los errores, sí vienen varios, incluso conceptuales, pero las únicas personas que no se equivocan cuando publican son las que no publican, están mal, pero es común que pase.
Yo fui evaluador de libros de texto de la SEP, yo evaluaba libros de texto de secundaria y me llegaban con cientos de errores, por página me llevaba hasta diez errores y los tenía que revisar otra persona experta y luego pasaban a otro procedimiento, de todos modos se van cosas”, concluyó.
DAR