León, Guanajuato.- José Ricardo López Coronado, conocido como el “niño cuete” del Barrio de San Miguel, festejó a San Judas Tadeo a siete años de haber sobrevivido a una tragedia.
Cuando el “niño cuete” tenía 10 años le tronó un puño de pirotecnia, dejándole severas heridas en brazos y piernas, al grado que los doctores le decían a su madre Cecilia que le tendrían que amputar las extremidades.
Nos tronaron los cohetes. Lamentablemente me accidenté yo, mi tío, mi papá y un amigo. Con un milagro que San Judas nos hizo seguir de pie”, platicó José Ricardo, quien lleva más de nueve cirugías y estuvo internado cuatro meses seguido tras el accidente.
Y relató: “Estaba a un lado de la caja de los ‘cuetes’ cuando miro que empieza a prender y yo intento agarrarla, pero la fuerza no me dejó aventarla, cuando estalla perdimos el conocimiento, caí inconsciente y no me pude parar”, narró el ‘niño cuete’.
Luego de quedar por un momento inconsciente, el José Ricardo recordó que vio una silueta cerca de él: “miré a San Judas Tadeo, con su manto largo y su barba grande y me decía que me parara que yo podía. Fue un milagro”.
“En mayo de este año le hicieron otra cirugía y todavía no lo dan de alta porque hay una fallitas en la reconstrucción de la médula ósea que le pusieron”, comentó su madre Cecilia.
La familia del “niño cuete” desde hace 28 años celebra el día de San Judas Tadeo, el patrono de las causas difíciles, desesperadas y casos perdidos, pero a partir de aquel accidente lo veneran con profundo fervor.
Cada año le ponen un altar afuera de su casa ubicada en la calle Centenario en el barrio, un sacerdote realiza una misa y regalan comida en agradecimiento.
Vecinos y amigos del ‘niño cuete’ se reúnen en su casa para celebrar a San Judas Tadeo, así como para pedir favores, milagros y disfrutar de los alimentos y música que ponen por la noche.
AM