El Templo de la Tercera Orden ya está muy deteriorado

León, Guanajuato.– Con el fin de que los fieles que acuden a los templos de la Arquidiócesis de León estén seguros y evitar que corran riesgos, opera desde 2019 un Consejo Ciudadano de los Bienes  Culturales y de Arte Sacro. Sin embargo, la integridad depende de los sacerdotes a cargo de los recintos.

La meta es reducir riesgos y prevenir que sucedan tragedias como la ocurrida el 1 de octubre en Ciudad Victoria, Tamaulipas, donde se desplomó el techo del templo de la Santa Cruz, ocasionando la muerte de 12 personas.

El 28 de junio de 2029, el arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras, publicó el Decreto que dio origen al Consejo Diocesano de los Bienes Culturales y de Arte Sacro.

El estado de la cúpula del Templo de la Tercera Orden. Fotos: Trino Méndez

El mismo está integrado por el padre Tomasz Michal Zielinski, el arquitecto José de Jesús Acosta Pérez, la maestra Dolores Elena Álvarez Gasca, Guillermo Chávez Ochoa, el arquitecto Juan Antonio Falcón Vázquez y Alma Cecilia Gómez Torres.

“La tarea específica de dicho Consejo consistirá en examinar los proyectos, solicitudes e iniciativas de intervenciones arquitectónicas en recintos eclesiales. El Consejo deberá elaborar propuestas, directrices y proyectos con el objetivo de proteger, potenciar y promover  y aumentar el patrimonio diocesano, cultural, histórico  y contemporáneo”, señala el decreto del Arzobispo de León.

El 24 de octubre del 2019 el Arzobispo hizo la presentación del nuevo Consejo y dio a conocer el Manual de Construcción y Restauración de templos y conjuntos pastorales de la Arquidiócesis de León. “Para ser utilizado para todos los proyectos ya sea  de bienes inmuebles, así como de los bienes inmuebles de los recintos eclesiales de nuestra Arquidiócesis”, señaló.

La fachada del templo de los Ángeles, muy dañada por el paso del tiempo. Foto: Trino Méndez.

El director de Protección Civil en León, Crescencio Sánchez Abundiz, dijo que hasta la fecha no se tienen reportes de  templos que por sus daños o riesgo se encuentren cerrados.

“Se supervisa y se vigila los recintos sagrados,  y se atiende cualquier problema que pudiera poner en riesgo la vida de las personas”, aseguró el funcionario. 

Sin embargo, sí hay templos que están cerrados al culto público por lo deteriorados que se encuentran, como el de San Felipe de Sales, que se localiza en la calle Álvaro Obregón y Praxédis Guerrero, a un lado del que fuera Mercado de Artesanías.

Vecinos de la zona señalan que la Arquidiócesis cerró las puertas hace ya más de un año. “Los accesos principales están bloqueados con tablones. El año pasado restauraron la cúpula, pero por dentro ya estaba muy dañado y era de alto riesgo para los feligreses”, señaló Alicia Arredondo, vecina.

Otro de los templos que también presentan severos daños en muros y cúpula, por filtraciones de agua y humedades, es el de la Tercera Orden, en la zona centro, en el Jardín de los Fundadores, aunque sigue abierto al público.

Una explicación sobre las obras de la capilla de San José. Foto: Trino Méndez.

En el altar, en la cúpula y muros es evidente el deterioro. Muestran las huellas del tiempo, de la falta de mantenimiento y la necesidad de urgente restauración.

El templo de la Tercera Orden fue construido en el siglo XVIII por los franciscanos, y está adjunto a la parroquia del Sagrario  que es considerado el templo más antiguo de León.

De acuerdo a datos en el Archivo Histórico de León, tras la fundación de León, el 20 de enero de 1576,  la orden de los franciscanos arribo a esta ciudad en 1588, construyendo su monasterio en el centro de la ciudad, donde ahora se encuentra Coppel, y a un lado la nueva iglesia, el Sagrario o San Sebastián. 

La capilla de San José

La capilla de San José, anexa a la Catedral Basílica de León, ya fue cerrada al público para ser restaurada, pero debido a que presentaba daños en el piso de madera.

El rector de la Catedral, padre Antonio Borja Vargas, destacó que se requería la restauración del piso, debido  a que ya tenía madera suelta, desgastada, con rayones, y atacada por insectos, las termitas, y todo eso significaba ya un riesgo.

La Capilla de San José tuvo que cerrarse con el fin de restaurarla. Foto: Trino Méndez.

Añadió que el proceso es consecuencia del paso del tiempo, el constante uso y la humedad de la tierra. Especialistas en restauración trabajan en la reparación. 

La Capilla de San José fue construida en 1891 por el Arquitecto Luis Long, con un estilo barroco novohispano. Esta capilla aloja el mausoleo del obispo Tomás Barón y Morales.

Responsabilidad es de sacerdotes

El padre Tomasz Michal Zielinski dijo que actualmente la Diócesis de León tiene un padrón de 136 parroquias, y cientos de pequeños templos y capillas diseminados en los nueve municipios que abarca, León, San Francisco, Purísima del Rincón, Manuel Doblado, Guanajuato capital, Romita, Ocampo, San Felipe y Silao.

Señaló que si bien es cierto que no hay conocimiento de riesgos en templos, si  se busca garantizar la seguridad de los fieles católicos, y eficientar los recursos.

“El Consejo Diocesano da asesoría a los sacerdotes que requieren realizar restauraciones o construir un templo, pues hay que recordar que los templos son propiedad federal, y en los templos antiguos interviene el Instituto Nacional de Antropología e Historia, pues muchos de ellos son considerados monumentos nacionales”, señaló el sacerdote.

El padre Tomasz Michal Zielinski muestra el manual de construcción y reparación. Foto: Trino Méndez.

Recordó que hace algunos años, el altar de cantera de la capilla de María Reina de los Mártires de San Joaquín, en Cristo Rey se pintó con pintura verde de aceite, por lo que tuvo que ser restaurada.

“Hay parroquias que tienen a su cargo muchos templos. Nosotros solo somos los custodios. Construir o restaurar una capilla requiere de mucho dinero, por ello se reciben apoyos para programas de restauración del gobierno federal, estatal y municipal, como Catedral, Cristo Rey”, añadió.

Reconoció que dentro del Consejo no hay una comisión que vigile o supervise el estado de los templos, esto lo hace cada Cura o Párroco. “No somos policías, no tenemos medios. Se debe tener el visto bueno del INAH. Ya tenemos una ley, que es  el manual, pero los párrocos y sacerdotes deben tener conciencia de las condiciones en las que se encuentra su templo”, apuntó el padre Tomasz Michal Zielinski , párroco de San Juan del Coecillo.

“El  manual es para construir templos, para no meternos en problemas de construcción, evitar errores, desperdicio de dinero, porque cuando se hacen las cosas mal, luego cuesta mucho trabajo y dinero”.

“El Consejo interviene en cualquier proyecto de construcción nueva o restauración por eso hay la asesoría de especialistas en la construcción; uno como sacerdote no sabe de construcción, sabemos de liturgia y otras cosas, por ello si requerimos el apoyo de profesionistas.

El padre Luis Alberto Navarro Franco, de la  Diócesis de León, confirmó que los responsables de los templos son los párrocos. “Los sacerdotes son los responsables de la administración de todo lo concerniente a los templos que tienen en custodia”, añade.

El Templo de la Inmaculada Concepción en Villas de San Juan quedó a medio terminar, pero igual se celebran ceremonias. Foto: Trino Méndez.

Un desafío adicional es que con la pandemia muchos templos se quedaron a medio construir o se hicieron remodelaciones incompletas.

Templos emblemáticos como el de Nuestra Señora de  Los Ángeles, localizado en la calle 20 de enero, construido a finales del siglo XVIII, con una bella fachada donde sobresalen mascarones, medallones, y pilastras, ya se encuentra en notable deterioro por la falta de mantenimiento.

Incluso la puerta principal muestra el paso del tiempo y el deterioro. Feligreses señalan que ha estado cerrado por largo tiempo.

Entre los templos sin terminar destaca el del Inmaculado en Villas de San Juan, donde ofician misa en lo que viene siendo el sótano, de acuerdo al proyecto. Aún está sin techo, sólo tiene la estructura

CA

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