León, Guanajuato.- En San Juan de Abajo hay familias que tardan más de una hora para surtirse de un garrafón de agua en la toma comunitaria que el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León (Sapal) instaló; ayer actuarios midieron el tiempo y las condiciones del recorrido de familias que demandaron al organismo operador.
Fue a inicios de noviembre cuando familias de San Juan de Abajo demandaron al Sapal por no garantizar el servicio básico de agua potable, su abogado, Juan Pablo Delgado Miranda, detalló que la demanda es por la afectación causada luego de que por varios años no se dotó del servicio regular y continuo.
El amparo quedó bajó el expediente 1166/2023 en el Juzgado Séptimo de Distrito por la omisión de proveer el servicio de agua potable, y bajo el expediente 454/2023 del Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, ambos en el estado de Guanajuato.
Como parte del proceso el juez séptimo ordenó analizar los puntos de inspección, así como las distancias entre los domicilios de los demandantes hasta la toma pública de agua potable, una diligencia en la que las familias como la autoridad podrían dar su versión de los hechos.
El procedimiento se realizó este jueves 28 de diciembre, aunque estaba programada a las 9 de la mañana, los actuarios del Poder Judicial acompañados por representantes del municipio de León y del Sapal se adelantaron una hora, y no esperaron para iniciar al representante de las familias, Juan Pablo Delgado Miranda.
En la casa de una de las familias, los actuarios contabilizaron el tiempo que tardaban en salir de sus casas y trasladarse a la toma comunitaria de agua, cómo realizaban el proceso de llenado y cuánto tardaban en ello, y posteriormente cómo cargaban el garrafón o la cubeta a su casa, y la forma de vaciarla en otro contenedor o cómo se aprovechaba el líquido.
“Yo tengo que ir una o dos veces al día, y si ocupo más pues otra vez. Cuando están buenos los caminos vamos hasta tres veces, pero cuando están mal nos andamos cayendo. La toma hay veces que sirve, la misma gente la descompone. La pipa del Sapal no ha venido. La gente que vino dijo que estaba muy cerca la toma, pero ahorita fueron una vez, pero ir diario, cargar el agua. Para mí no está cerca”, dijo María Isabel, una de las mujeres demandantes.
En esta medición el recorrido duró 20 minutos desde que salió de su casa hasta la toma comunitaria, posteriormente alrededor de 10 minutos en llenar el garrafón, aunque se especificó que este tiempo depende de si hay o no fila, y posteriormente fueron 20 minutos de regreso al domicilio.
Cuando están buenos los caminos vamos hasta tres veces, pero cuando están mal nos andamos cayendo”.
Es decir, para tener 20 litros de agua requirió cerca de una hora para abastecerse, y durante el tramo tuvo que cargar el garrafón, a veces abrazado y en otras ocasiones con una mano, la calle en la que se encontraba era de terracería.
María Isabel recordó que hace más de tres años vive así, diario ir y venir por el agua.
En otro caso, en la misma zona una familia se tardaba 10 minutos más en llegar a la toma comunitaria por la distancia adicional que tenía que recorrer.
Durante la diligencia, se acercó la señora Rosalía Chávez, quien expresó que para las personas de la tercera edad es difícil y a veces imposible ir por un poco de agua, no pueden cargar con mucho peso y cuando llueve hay lodo que les puede provocar una caída con riesgo de sufrir incluso una fractura.
“El agua que agarramos para lavar la utilizamos para echarle al baño. Ya parece que uno la va a desperdiciar. Aquí el problema es que la gente les pone piedras a las llaves para no estar abriendo y cerrando, por eso las descomponen. Deseamos abrir la llave y tener agua”, denunció.
La revisión del Poder Judicial duró toda la mañana ya que acudieron a los diferentes domicilios de las personas que demandaron al Sapal para documentar cómo se abastecían del vital líquido.
Pretendió Sapal limitar proceso
Ya por la tarde, Juan Pablo Delgado Miranda, representante de las familias que denunciaron al Sapal, recordó que se estableció que el mínimo de agua potable para una persona es de 50 litros diarios, por lo que para garantizar el suministro una familia de cuatro personas requeriría 200 litros al día, que si es por garrafones serían más de 11 viajes diarios.
Esta situación no solo implica que la gente se cansará y el tiempo que requerirán para ir aumenta por los descansos que deben de tomar para acarrear el agua, por lo que calificó como imposible tener esta dotación de agua para una familia.
“La representación de Sapal solicitó que no se hiciera una visita a los 10 domicilios, sino que únicamente se analizara que servían las tomas, por lo que se indicó que no era posible y el juzgado determinó que fuera un muestreo de cuatro domicilios. La idea era poner en perspectiva sobre lo que implica acarrear agua”, expresó Juan Pablo Delgado Miranda.
Detalló que el 3 de enero del 2024 se programó una audiencia incidental para analizar si el municipio en definitiva está obligado a dotar de agua, 50 litros mínimos de agua diaria por persona mediante pipas.
Delgado Miranda precisó que el Municipio y el Sapal interpusieron una queja ante el Juzgado Colegiado para no llevar pipas de agua potable a las familias que demandaron, ya que alegaron que con la toma comunitaria se garantiza el derecho al agua y la dotación de 50 litros por persona al día.
Por esta razón se realizó la diligencia en San Juan de Abajo para indicar que no es factible la dotación mediante la toma comunitaria, y también se especificó que las pipas privadas no garantizan un líquido potable, en ocasiones la entregan fangosa, con residuos verdes, entre otros.
CA