León, Guanajuato.- A contrarreloj trabajan los 20 equipos que participarán en el primer torneo universitario Batalla de Robots Liga GTO, el próximo 22 de febrero, en el Poliforum León.

La competencia -primera en su tipo en el país, de acuerdo a la Secretaría de Educación de Guanajuato (SEG) promete ser espectacular.

Será robot contra robot, los cuales estarán encerrados en una jaula de protección, por si alguno emplea un lanzallamas o si escapa volando alguna pieza, algo que deben considerar los competidores.

Será robot contra robot, encerrados en una jaula de protección. Foto: Cortesía

Además, el ring tendrá obstáculos, mientras los pilotos maniobran armas y estrategias para eliminar o inutilizar a su oponente, las cuales en su mayoría permanecerán secretas hasta el día de la competencia.

No obstante, habrá un adelanto en la ceremonia del pesaje del robot, el 12 de febrero. Y la jornada del 22 será televisada, en formato de reality show.

La inspiración para trabajar en esto viene de películas, de series o algún chiste, en alguna red social que hayamos visto, algo que decimos ‘Wow, estaría súper genial poder mínimamente asistir’ y ahora tenemos el privilegio y la dicha de poder participar como competidor, es un sueño hecho realidad”, dijo Luis Arturo Erubiel Aguilera Suárez, alumno de Ingeniería Mecatrónica en el Instituto Tecnológico de León.

Mientras que Ximena Arely Sánchez Rodríguez, alumna de la misma carrera pero en la Universidad Tecnológica de León, comentó: “Hemos hecho un gran equipo, hemos realizado el armado -del robot- porque se presentaron varias circunstancias y como equipo lo pudimos resolver, hemos puesto todos los conocimientos a prueba y estamos demostrando los futuros ingenieros que seremos”.

Los equipos fueron seleccionados a fines del año pasado y recibieron un curso intensivo y kits genéricos para armar su robot, que será único.

Los y las jóvenes de 18 instituciones de nivel superior están aprendiendo sobre mecánica, programación, a moldear materiales como el aluminio, mientras diseñan las armas, el logotipo, las estrategias y hasta las porras que presentarán como parte de su exposición.

En paralelo, cada grupo documenta sus avances de manera escrita y en video y fotos, material que será editado para también transmitirse por televisión el día de la competencia.

A ello se suma que participarán como espectadores cientos de alumnos y alumnas de todos los grados que integran los diferentes equipos de robótica a lo largo del estado, varios de los cuales han destacado académica y creativamente incluso a nivel internacional.

Ganadores, a Japón

Se espera que asistan al Poliforum más de 3 mil personas.

En la coordinación de la competencia participan la SEG, Juventudes GTO, Idea GTO, IECA -Instituto Estatal de Capacitación- y TV4. 

Aunque habrá varios premios, como becas para cursos de programación, diseño asistido por computadora y control eléctrico, el equipo ganador obtendrá un viaje de 14 días por Japón para actividades académicas, culturales, de innovación y emprendimiento.

Pero todos serán, de cierta manera, ganadores, pues, según uno de los asesores, Miguel Ángel Casillas Araiza, es un ejercicio que anticipa en las y los estudiantes la vivencia del entorno laboral.

“Cuando un proyecto se aproxima más a ser no solo académico sino ya más real, como es el caso, se tienen que resolver muchos problemas físicos que se presentan, eso requiere habilidades complementarias a las académicas, como la creatividad, la propuesta y discusión de soluciones, y la comunicación”.

Dos de los grupos contaron a AM cómo se están preparando para la gran batalla de robots.

Tec de León compite con “Chappie”

Los estudiantes Jorge Michael Mojica, Carlos Andrés Muñoz, Aleida Marisol Casillas, Brian Uriel Solís y Luis Arturo Erubiel Aguilera. Foto: Omar Ramírez.

En el Instituto Tecnológico de León, cinco estudiantes de varias ingenierías -Sistemas Computacionales, Industrial, Logística y Mecatrónica- están lidiando entre la escuela, el trabajo y este proyecto. Les ayuda que todos son amigos entre sí, incluso hay unos primos.

Comenzaron a trabajar juntos desde mediados de diciembre y aunque dos de los miembros tienen experiencia previa armando robots, fueron modelos más simples, como proyectos escolares. Pero el resto de los miembros también ha sumado su propia experiencia.

Cuando llegó la convocatoria, Erubiel y Carlos Andrés Muñoz estaban apoyando a la madre del segundo, quien es docente de secundaria con materias de robótica.

Teníamos un proyecto de carrito seguidor de línea y estábamos apoyándonos en todos ellos -el equipo-, preguntando cómo programar Arduino, después llega la convocatoria y Brian nos presenta el proyecto, todos le entramos. Son ingenierías que son complejas y -algunos- también estamos trabajando, llevando el proyecto y la carrera, pero nos hemos coordinado súper bien”, dijo Carlos Andrés, alumno de Ingeniería Industrial.

Bautizaron a su equipo como “Irontec” y su robot se llama “Chappie” (por la película).

“Algo que nos fortalece es que todos somos muy buenos amigos, nos conocemos en qué cosa somos buenos y en qué no tanto”, dijo Brian Uriel Solís, capitán del equipo y estudiante de Sistemas Computacionales. 

Mientras que su asesor complementó: “Lo que me gusta del equipo es que es interdisciplinario, esta pluralidad nos da una fortaleza”. 

Aleida Marisol Casillas, alumna de Sistemas Computacionales, reconoce que no todos tienen experiencia y la competencia representa un reto, “como equipo nos sentimos fuertes para el torneo, cada uno de nosotros se va nutriendo de las ideas de los demás”.

El profesor Miguel Ángel explicó que en la carrera de Mecatrónica, en noveno semestre hay una materia donde los estudiantes deben diseñar un robot de manipulación industrial y que ahora ya están haciendo robots móviles, iniciando con carritos pero luego serán drones.

Los integrantes del equipo comentaron que por un lado está la planeación y construcción del robot pero también deben enfocarse en el piloto.

Que el robot haga lo que queremos que haga, porque sí es un poco complejo el movimiento, a veces los giros son muy rápidos. Y entre todos hicimos un análisis de las características de nuestro robot comparándolas con las demás y llegar a una conclusión para tener varias refacciones y tener mayor probabilidad de éxito”, dijo Jorge Michael Mojica, alumno de Logística.

Agregaron que están recibiendo todo el apoyo por parte de sus profesores y de la institución, que les está prestando máquinas para evaluar la dureza de su robot y sus compañeros preparan la “tecnoporra” y un baile especial.

El viaje a Japón “es una ilusión muy grande, porque uno escucha ‘Japón’ y creemos que es algo no tan posible pero tener la posibilidad de que algo que nos gusta nos puede llevar a ese premio es una emoción muy grande. Vamos por un fin pero el proceso lo estamos disfrutando. Estamos muy felices”, finalizó Jorge Michael.

UTL tiene su “Dragón de Komodo”

Profesora Didia Carrillo y los estudiantes Christian Apolinar Ríos, Pedro Daniel Hernández y Ximena Arely Sánchez. Foto: Cortesía UTL Nancy Morales

Los representantes de la Universidad Tecnológica de León en la Batalla de Robots son tres alumnos de onceavo cuatrimestre de Mecatrónica. Ellos también eran amigos desde antes y están a punto de egresar.

Consideran que este proyecto es muy interesante porque los ha hecho trabajar en equipo en temas de programación, mecánica y el intercambio de conocimiento con personas de otras universidades.

Es algo con lo que podemos llevar a lo práctico todo el conocimiento que nos impartieron en la universidad. Que sea una competencia a nivel estatal es algo que también me gusta”, dijo Pedro Daniel Hernández Medina, capitán del equipo.

Su compañero Christian Apolinar Ríos López era el único que tenía cierta experiencia al programar “dobots” -robots colaborativos de tamaño pequeño- y en lenguaje Python. Es también alguien que trabaja, en el turno nocturno, por lo que esta etapa de capacitación ha sido todo un reto para él. Y para todos.

La profesora Didia Carrillo Hernández dio todo el mérito a sus estudiantes por el armado, control, programación, estructura y diseño del robot, pues ellos tienen otras actividades, sobre todo académicas y este proyecto, ajeno a sus calificaciones, les obligó a asistir presencialmente a una capacitación de 40 horas.

Los jóvenes explicaron que han tenido todo el apoyo de la escuela y de sus profesores, pues debieron faltar a algunas clases.

En estos días el equipo está trabajando en los movimientos especiales del “Dragón de Komodo”, que fue como bautizaron a su proyecto. 

Es un robot que va a golpear de manera horizontal, por lo que debemos movernos mucho a los lados y poder levantar o golpear al contrincante para que quede inmóvil. El día del evento van a ver un gran espectáculo”, dijo el capitán del equipo.

Por su parte, Christian reflexionó: “Uno como mecatrónico ve los programas -del área-, que la mayoría son de Japón, China, Estados Unidos, que es donde hay más eventos de mecatrónicos, y ya no es necesario irte a estudiar a otro país para poder concursar en este tipo de torneos, ya viendo lo que México puede implementar, para mí y espero que a muchos más, espero que este torneo sea muy inspirador”.

Cuando se le pregunta a la asesora cómo es pasar de robots colaborativos a destructores, reconoció que una labor cotidiana se volvió más divertida.

“Es más emocionante llegar y combatir contra un contrincante. -Los chicos- ya se han conocido en la capacitación, entonces dicen ‘ah, yo vi ese robot’ y es un ímpetu de ‘me tengo que aplicar aquí porque necesito levantar, porque ya vi que ese robot camina de tal manera, vamos a hacer esto’”.

Y para manejar la presión, no hay mejor manera que simplemente divertirse.

“Desde que iniciamos este proyecto, nos hemos divertido, hemos aprendido, entonces no es que nos pongamos muy tristes si llegamos a perder. Tenemos la visión de lograr llegar a las finales para tener el premio, ya que nos hemos esforzado lo suficiente para alcanzar esas fases. Como líder del equipo, siento que hemos estado unidos, hay que mirar lo más alto que se pueda”.

Por lo pronto, Pedro Daniel y la maestra Didia ya fueron compañeros en clases de japonés, por lo que comparten el sueño de poder ir a ese país a practicarlo.

DAR

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