León.- Entre rostros de asombro y aflicción, decenas de leoneses presenciaron uno de los viacrucis más tradicionales de León, el del barrio de San Miguel.
Con 121 años de historia, el viacrucis de San Miguel congregó este Viernes Santo a familias, niñas, niños y adultos mayores desde el cruce de las calles Río Bravo e Independencia para presenciar el paso del mismo y vivir la pasión de Cristo.
Tapándose el intenso sol con gorras, sombreros y sombrillas, los espectadores buscaron el mejor lugar desde azoteas, ventanas y fuera de las casas para ver el paso de Jesús cargando la cruz mientras era golpeado por los soldados romanos.
Después de representar las sentencias de Jesús en la explanada del Jardín de San Miguel, el Grupo de La Judea se trasladó al cruce de las calles Río Bravo e Independencia donde minutos antes de la 1 de la tarde se representó la primera caída de Jesús.
Al pie del Templo Auxilios de los Cristianos a la 1:31 de la tarde, decenas de leoneses presenciaron la segunda caída.
“¿Por qué le pegan?”, preguntó un niño a su mamá… “Ya no se puede parar”, decía otra pequeña durante la representación de la cuarta caída a la 1:53 de la tarde a la altura de la calle Río Usumacinta.
Poco después de las 2 de la tarde continuaba el paso del viacrucis en el que Jesús fue interpretado por Ray Israel Villegas, mejor conocido como el “Cristo de San May” y quien este viernes cumplió 18 años de personificar a Cristo.
Durante el paso de la procesión, chicos y grandes aprovecharon cada escena para grabarla con su celular.
Una de las escenas que más asombro causó entre los asistentes fue la que se representa en la sexta estación cuando La Verónica limpia el rostro de Jesús con un lienzo en el que queda impreso el rostro del Mesías.
Al llegar al pie de la parroquia de San Miguel Arcángel y en la última caída de Jesús, otras expresiones que se escucharon de los espectadores asombrados fueron: “Le pegan bien recio” y “¡Ay, Dios mío!”.
“Vamos, carga la cruz”, le decía uno de los soldados romanos a Jesús mientras lo golpeaba y azotaba de nuevo.
“¡Sálvate y sálvanos a nosotros!”, “¡Eres un falso profeta!”, le gritaban los soldados romanos.
A las 2:28 de la tarde los soldados levantaron las tres cruces en la explanada del Jardín de San Miguel y poco después reapareció Jesús en escena para ser crucificado junto con los ladrones Dimas y Gestas.
La cruz de Jesús tenían un letrero con la leyenda INRI que significa “El rey de los Judíos“.
“Ha de estar bien caliente la cruz” dijo un espectador entre la multitud que se cubría los rayos del sol con sombrillas y otra niña se escondía entre los brazos de su abuelita mientras asustada le decía: “ya lo vi en la cruz, tenía mucha sangre”.
A las 2:38 Jesús fue levantado ya crucificado y a las 2:55 de la tarde se representó la decimotercera estación cuando Jesús es bajado de la cruz y entregado a su madre la Virgen María.
Finalmente, entre aplausos de los asistentes conmovidos el Grupo de la Judea fue despedido.
El viacrucis es una interpretación que consiste en recorrer espiritualmente el camino que hizo Jesucristo hasta el monte del Calvario mientras cargaba la cruz.
Viacrucis en latín significa “El camino de la cruz” y está conformado por 14 estaciones que representan escenas de la pasión de Jesús.
Lloran padre e hijo, en un emotivo reencuentro al finalizar el viacrusis en San Miguel
Al término se acercó el hijo de Ray, el hombre que interpretó a Jesús en el viacrusis del Barrio de San Mifuel de Allende, “Rayito” con una corona de espinas en su cabeza como su papá.
El menor no pudo contener las lágrimas al ver a su padre cansando y con dolor en la espalda de tanto latigazo, a lo que Ray, con el instisto de padre que le caracteriza, procedió a explicarle que se trataba de una escenificación, acompañado del resto de sus vecinos aún con los vestuarios puestos y bajo el intenso sol de la tarde.
HEP