León, Guanajuato.- Por tercera ocasión, un arzobispo de León celebrará una misa en la presa El Palote para pedir por las lluvias.
En 1998 y 2012 las celebró el arzobispo Martín Rábago y días después comenzó a llover.
Este sábado 11 de mayo a las 10 de la mañana el arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras, celebrará una misa en la explanada de la zona Balcones en el Parque Metropolitano, a la que se denominó “Misa por el Buen Temporal”.
El acceso no tendrá costo, solo se pagará el estacionamiento por 24 pesos. Para las personas que no puedan acudir, la Arquidiócesis de León informó que se transmitirá el evento por medio de las redes sociales y el canal TV 4.
Esta celebración tiene dos antecedentes en el último cuarto de siglo.
En 1998 la presa El Palote se secó completamente y según los escritos del cronista, Carlos Arturo Navarro Valtierra (qepd), se aprovechó para restaurar el muro poniente de las ruinas de la troje, se repararon las cuarteaduras del edificio y también se colocó la actual cruz metálica que se observa en las ruinas.
La primera misa para pedir por las lluvias la encabezó el entonces arzobispo José Guadalupe Martín Rábago el 9 de junio de 1998. Se realizó en las ruinas del granero (la troje) para pedir el fin de la sequía y una buena temporada de lluvias.
En aquella ocasión Martín Rábago advirtió: “Debemos tomar conciencia de la responsabilidad y el mal uso que le damos al agua. La naturaleza nos contesta con la sequía el maltrato que le damos los humanos”.
La naturaleza también respondió a los ruegos de los fieles.
Los testimonios de la hemeroteca de AM muestran que el 10 de junio por la noche cayó en León una fuerte lluvia acompañada de viento y tormenta eléctrica, que provocaron daños como la caída de árboles, cables derribados, encharcamientos, no se registraron lesionados.
La segunda vez
La segunda misa que se realizó fue en 2012, también por José Guadalupe Martín Rábago, ya para entonces Arzobispo (la Arquidiócesis de León se erigió el 25 de enero de 2006); en esa ocasión, la sequía que provocó que la presa del Palote se secara comenzó en enero de 2011 de acuerdo con la información del Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
En junio de 2011 la mayoría de los municipios de Guanajuato, entre ellos León se encontraban en sequía severa, misma que prevaleció hasta inicios del 2012.
Incluso la Conagua y el Sapal aprovecharon la ausencia de agua en la presa para reforzar la cortina en la parte interior con un costo de 2.5 millones de pesos de ese entonces.
José Guadalupe Martín Rábago ofició la misa el lunes 21 de mayo de 2012 en una presa tan seca que era un peligro para los fieles.
Martín Villanueva López, de 64 años de edad, estuvo a punto de que la presa de El Palote se lo tragara. Trató de cruzar el enfangado lecho y a la mitad vio cómo se iba hundiendo poco a poco.
Ya iba hasta rodilla hundido. Sí me asusté y pensé que me iba a tragar la presa. Se siente feo, como arenas movedizas, pues entre más te mueves más te hundes”.
Tuvo que pedir auxilio. Lo escuchó Alberto Rivera, guardia del Metropolitano, y entre varias personas le ayudaron a sacarlo y llevarlo a la orilla.
El miércoles 23, en la plaza principal y durante la celebración a la Virgen de la Luz, el Arzobispo imploró de nuevo por el agua, y para el jueves 24 de mayo del 2012 llovió.
Antecedentes de la presa El Palote
De acuerdo con los documentos del Archivo Histórico Municipal de León, los primeros antecedentes de la presa se encuentran en 1644 cuando el capitán Alonso Aguilar de Ventosillo se hizo de dos ojos de agua, a uno lo denominó Diego de Castilla y a otro El Palote.
En 1713 se constituyó la Hacienda de El Palote con caballerías con una extensión aproximada de mil 11 hectáreas. Una propiedad que con el paso de los tiempos se dividió y se vendió hasta el 17 de noviembre de 1953, cuando se colocó la primera piedra de la actual presa.
Para inundar la presa, el gobierno federal y municipal desalojaron a las familias que habitaban la zona, conformadas por: 119 hombres, 123 mujeres y 60 infantes. Y dejando en ruinas el granero que existía y que hoy se puede apreciar.
En las inmediaciones del granero también había una casa conocida como Casa Arriaga. De otras partes del casco de la hacienda no quedan vestigios.
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