León.- Saqueo Soto Ornelas, de 65 años, conduce el arado jalado por dos caballos para preparar la tierra y sembrar en seco. Dice que no recuerda en su vida una sequía como la que se registra este año.
“Ya estamos en junio y algunos agricultores han tenido que sembrar en seco. Otros estamos esperando un poco más para que la semilla no se eche a perder, pero pinta para ser un año fatal en cuestión agrícola”, señala Saqueo.
En su parcela de Los Ramírez, observa el cielo y ve que hay nubes, pero no llueve. “Mientras haya viento no va a llover para nada. Los costos de producción se han disparado. El diésel está a 26 pesos el litro, fertilizantes y semilla certificada muy cara. Han desalentado la producción en el campo”, añade.
Rodolfo Ponce Ávila, Subsecretario de Desarrollo y Competitividad Agroalimentaria del gobierno de Guanajuato, reconoce que la situación es complicada, con las reservas de agua superficial en presas prácticamente agotadas.
Aún desconocemos cuántas hectáreas se sembrarán de temporal en Guanajuato. La situación sí es crítica y hay apoyos para ganaderos otorgándoles forrajes y para los agricultores con insumos, pero no llueve, y los bordos están secos”, añadió el funcionario estatal.
El último reporte de la Comisión Estatal del Agua en Guanajuato (CEAG) señala que las reservas de aguas superficiales al 8 de junio del 2024 son de apenas 620 millones de metros cúbicos (M3), cuando en el 2023 eran de 826 millones de metros cúbicos; es decir, 206 millones menos, que equivalen a 20 veces la presa del Palote llena, si se tiene en cuenta que su capacidad es de 10 millones de metros cúbicos.
Esto equivale a un 36.56 % de las principales presas; en el 2023 a estas fechas era 48.67 %. Allende está a un 18 %, en tanto que La Purísima a un 34 % y la Solís a 43 %, prácticamente no han tenido entrada de agua.
En el campo, los pequeños ganaderos han tenido que vender o malbaratar sus animales para poder sobrevivir. “No podemos mantenerlos. Una paca de alfalfa de 30 kilos cuesta 160 pesos y es lo que se come una res en dos días. En el campo no hay pasto, ni agua”, manifiesta con tristeza el ganadero Rosendo Villalobos.
HEP