León, Guanajuato.- Con una misa concelebrada, presidida por el arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras y una peregrinación desde el Puente República, en el Barrio del Coecillo, hasta la Catedral, la Arquidiócesis de León y cientos de fieles católicos festejaron el 292 aniversario de la llegada de la imagen de la Virgen de La Luz, Santa Patrona de los leoneses.
“Tenemos hoy 2 de julio (ayer), la dicha de celebrar a esta Madre Santísima y su nombre en esta diócesis es: Nuestra Señora de la Luz. La luz en la Sagrada Escritura está también ligada a la vida, por eso cuando un niño nace, se dice, esta mujer dio a luz”, apuntó Monseñor.
La Catedral estuvo llena de fieles católicos que escucharon con devoción y atención al segundo Arzobispo de la arquidiócesis, quien estuvo acompañado de sacerdotes.
¿Por qué la Virgen de La Luz es la Santa Patrona de los leoneses?
La historia de la llegada de la imagen de la Virgen de La Luz se remonta a 1722 en Palermo, Sicilia, en Italia, donde el sacerdote jesuita Juan Antonio Genovesi encargó a una mujer, conocida por sus visiones místicas que le transmitiera una imagen de la Virgen para plasmarla en una pintura.
Se recordó que la imagen original llegó milagrosamente a la entonces Villa de León en 1732, después de un sorteo que la favoreció tres veces consecutivas, interpretándose como la voluntad divina. El padre Manuel Álvarez se comprometió a hacer un altar lateral en la iglesia del Colegio Jesuita y adornarlo a la usanza barroca de ese tiempo.
En 1849, el cura José Ignacio Aguado logró que la Virgen fuera proclamada formalmente patrona de la ciudad de León. Posteriormente, cuando se erigió la Diócesis de León, la Madre Santísima de la Luz fue confirmada como patrona principal por la Santa Sede, en 1851.
La Virgen se venera en la Catedral Basílica de León, donde se encuentra el cuadro original traído de Sicilia.
Dos ángeles sostienen una corona imperial sobre la cabeza de la Virgen que fue colocada en 1902 en una coronación pontificia por manos del obispo Leopoldo Ruiz y Flores.
La Madre Santísima de la Luz es considerada poderosa intercesora y una ventana que ilumina la vida de los fieles con la claridad del cielo. Su semblante afable y risueño transmite dulzura y paz a quienes la contemplan.
“La Madre Santísima de la Luz es nuestra vida, es la vida de la Iglesia, es la vida de las familias de esta Iglesia diocesana, pero tenemos que acompañarla a ella, habitando nuestra palabra y es una forma humana y profunda, sobrenatural del ser humano”, subrayó el arzobispo Cortés Contreras.
JRL