León, Guanajuato.- El nuevo Arzobispo de León, Monseñor Jaime Calderón Calderón, expresó que uno de sus principales compromisos será la reconstrucción de la paz y el tejido social en Guanajuato, frente al clima de violencia e inseguridad que se vive.

“La misión de la Iglesia es la misma: evangelizar. Hay que responder a la realidad que vivimos, que es la inseguridad y violencia, una cultura de la muerte. Frente a una cultura de la muerte, solo se puede tener una cultura de la vida, que es la vida”, dijo el prelado.

En una conferencia de prensa virtual realizada en la Casa Episcopal en la colonia León Moderno, Calderón, quien será el tercer Arzobispo de la Provincia Eclesiástica del Bajío, subrayó su compromiso con la reconstrucción de la paz.

“Me he comprometido a que encontrarán siempre en mí a un obispo que busca la construcción de la paz, entendiendo que la función de la Iglesia no es solo de puertas para adentro, de templos hacia adentro, sino de la atención integral y trabajar en todos los sectores. Estoy dispuesto y abierto para construir un mundo más fraterno y más cristiano”, añadió.

Calderón admitió tener pocas referencias sobre la situación de violencia e inseguridad en Guanajuato, pero destacó la preocupación de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) por estos temas.

“La CEM busca que México tenga una vida digna y abrir horizontes para la construcción de la paz. Tengo el compromiso de la cultura de la paz, que se construye con pensamientos, palabras y acciones de paz, desde la persona, en el seno de la vida de la Iglesia, y en la vida social”.

Lamentó que la violencia se haya extendido no solo en el centro del País, sino también hacia el sur, como en Chiapas, señalando que hace seis años, cuando llegó como obispo, había poca violencia y ahora es un problema social en las comunidades.

El asunto de la violencia no es solo de quien toma las armas, somete a los demás, quien asesina, sino es de la transformación de todas las personas. Y esto es una tarea del gobierno de la paz, una tarea de todo el pueblo de Dios”, subrayó.

Añadió que la descomposición social inicia en el corazón de las personas. “La violencia comienza en el corazón humano. Mientras que Jesús no entre en el corazón humano, generamos violencia en el modo de pensar y de actuar. Todo lo que ahora vemos de descomposición social es fruto de esto”, enfatizó.

De hablar pausado y sereno, comentó que de niño su padre, que era empresario, lo traía a la feria de León, aunque reconoció que no tiene conocimiento actual de la tierra que gobernará eclesiásticamente.

Apuntó que durante seis años se entregó a su ministerio episcopal en Chiapas, a pesar del aumento de la inseguridad. “Cuando llegué a Chiapas, hace seis años, se respiraba la paz, y hoy en día han aparecido brotes muy fuertes de violencia, como en Guanajuato. Pero esto no hace más que confirmar mi deseo de la construcción de la paz”.

 

Un servidor del pueblo de Dios

 

El arzobispo Jaime Calderón Calderón se compromete a ser un servidor del pueblo de Dios en la Arquidiócesis de León.

“Les digo al pueblo que peregrina en León, que voy con toda la actitud de servirlos y tratar de buscar siempre. Que sea lo que Dios quiera, que sea siempre esa nuestra búsqueda, y me sume al trabajo que han ido haciendo en la Arquidiócesis”.

El nuevo Arzobispo de León, Monseñor Jaime Calderón Calderón. Foto: José Trinidad Méndez Valadez.

Además, se compromete a ser un Pastor que escucha las necesidades del rebaño: “Tengo mucha paz en mi corazón; quiero ser un Obispo acorde a las necesidades del pueblo, buscando responder a las necesidades que hay en León, e identificando los desafíos. No soy un iluminado, iré buscando las respuestas a las necesidades”.

Reconoce los grandes desafíos en un estado donde la violencia es prevalente: “Los desafíos son grandes, y estaré muy abierto a escuchar, soy un hombre de escucha y oración, para responder como quiere el Señor. No conozco bien la situación, porque en Chiapas es otro mundo y no se escuchan muchas noticias de esta región, pero estoy dispuesto a afrontar los desafíos del Señor”.

Calderón indicó que llegará una semana antes de su toma de posesión en León, programada para el lunes 19 de agosto:

Actualmente estoy en el cierre humano, espiritual y de agradecimiento. Las despedidas son tristes, pero siendo humanos y hombres de fe, nos reuniremos para dar gracias a Dios por permitirnos caminar juntos, porque somos parte del pueblo de Dios.

“A partir del lunes 19 de agosto iniciaré mi ministerio, que también será querido, porque mi corazón se ensancha, no se cierra, se abre. Mi corazón está dispuesto a permitir que inunde de rostros, imágenes y apellidos de todo el pueblo”, añadió.

LALC

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