El nuevo Arzobispo de León, Jaime Calderón Calderón

León, Guanajuato.- El nuevo Arzobispo de León, Jaime Calderón Calderón, se define como un hombre sencillo, siempre dispuesto al diálogo y protector de los más pobres.

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Conmigo siempre encuentra un Obispo de diálogo”, dijo en entrevista con AM y los medios de comunicación.

¿Ya se reunirá con el gobernador del estado, Diego Sinhue Rodríguez, la gobernadora electa Libia Dennise García Muñoz Ledo y la alcaldesa Alejandra Gutiérrez Campos?

R: Nos saludamos y convivimos al final de la Misa en la toma de posesión. Ellos como yo son personas públicas y necesitamos conocernos. Me interesa dialogar con las autoridades.

Yo no soy mucho de pleito de decir las cosas. Espero no mandarle las cosas a través de ustedes. Yo prefiero decirles las cosas de frente porque me parece que eso es más productivo. Necesitamos escuchar la voz simbólica de cada persona, porque cada una de ellas tiene algo que compartir”.

¿Cuáles son los retos para la Iglesia en México donde hay tantos problemas?

R: “Me he preguntado porque si México es profundamente católico, por qué tenemos  tantos problemas, cuando ser católico significa tener un mundo más justo, más humano, más fraterno. La vida cristiana no puede reducirse solo a la vida sacramental, a la vida de los templos, sino trasladarse a la vida concreta. Si voy a Misa todos los domingos, pero si soy corrupto, y ando metido en problemas, mejor ni digas que eres buen católico”.

¿Qué opina sobre la violencia que se vive en el país?

R: “Cuando hablamos con los Obispos del tema de las violencias, debemos preguntarnos ¿qué hemos dejado de hacer?, ¿qué nos faltó?, ¿dónde se nos soltó el hilo?, por ello nos sentimos responsables de esta situación que vivimos, donde los valores se han perdido. Hay una ruptura generacional. Parece que no estamos entregando la estafeta de la fe a las próximas generaciones y es un problema muy delicado y que nos interesa a todos, y revisar ¿qué nos pasó?”.

¿Cuáles son los retos en Guanajuato en comparación a Chiapas de donde viene?

R: “Chiapas es el estado con menos católicos en el país; Guanajuato con más católicos del país, pero todo tiene su bondad. El 58 % de los chiapanecos son católicos, y en Guanajuato el 98 %. La fe cristiana debe ser un estilo de vida. Por eso se me hace raro que aquí no esté la Institución de Ministros Proclamadores de la Palabra, y que es un ministerio que la Iglesia ha trabajado por años y aquí no hay. En Chiapas hay 280 laicos que son Ministros de la Sagrada Comunión; 160 Ministros proclamadores de la Palabra, gente laica comprometida en una diócesis que tiene 70 comunidades en la montaña. Todos somos iglesia”.

¿Los pobres son un botín para los políticos?

R: “No puede haber un equilibrio en la evangelización si no nos hacemos cargo de los pobres. Si su Obispo no se hace cargo de los más débiles no está cumpliendo cabalmente; si sus sacerdotes no se hacen cargo en sus parroquias de los más pobres no están cumpliendo cabalmente; si nosotros como sociedad no atendemos a los más frágiles no estamos cumpliendo. Todos debemos purificar en el corazón el lugar de la gente pobre para no manipularla, personal, política y eclesialmente. El tema de los pobres es un botín para quien pueda aprovecharse. Yo viví en medio de un pueblo pobre, como Chiapas, defendí a los pobres de que no los manipulen, porque la mejor forma de ayudar a una persona es no manipularla y lo hacen de muchas formas”.

¿Tendrá encuentro con las madres buscadoras?

R: “Claro que sí. Todos son hijos de Dios, y todo el que desee hablar conmigo lo podrá hacer. Todos tienen lugar, solo téngame paciencia para atenderlas”.

¿Cuál será su misión como Arzobispo de León?

R: “Los seis años que estuve en Zamora, y 6 años en el sur del país, es la misma Misión que me trae a León, es la Misión de la Iglesia, de todos los bautizados. Esa Misión es: Que Cristo sea conocido, amado y servido, es la tarea que se desarrolla en la vida de la Iglesia y se requiere dialogar con los sacerdotes”.

El nuevo Arzobispo, de 58 años,  se mostró como una persona sencilla, dispuesta al diálogo con las personas, con muchas historias que contar y por momentos hasta bromista.

“Nací el 1 de mayo de 1966 en Churintzio, Michoacán. Me formé en el Seminario de Zamora, estuve en Chiapas donde llueve 7 meses del año, en una tierra muy fértil, donde si plantas un pez en la tierra, crece un árbol de peces. Vengo a León, cerca de mi tierra, por lo que me siento en casa”.

También reveló que a Chiapas lo llevará en su pecho siempre.

“Por ello mandé hacer cuatro crucifijos con madera de Ceiba, un árbol robusto que se da mucho en el sur, para llevarlo en el pecho”.

Monseñor Jaime Calderón Calderón manifestó que hay en León una diócesis muy fuerte y con suficiente personal para evangelizar y trabajar en favor de los más pobres.

“Cuando llegué a la Curia de Chiapas pregunté cuánta gente trabajaba ahí, me dijeron que eran cinco, y en broma cuestioné si todos trabajaban de verdad. Aquí en León en la Curia hay más de 40, por lo que hay mucho por hacer y trabajar duro”.

También dijo que siempre protegerá no solo a los más pobres, sino también a los migrantes, pues él se considera uno de ellos.

“Soy un judio errante. Voy a donde Dios me lleva. Cuando llegué a Chiapas y vi el problema de los migrantes, ordené que se abrieran todos los templos para atender las caravanas de migrantes y protegerlos. En León se puede hacer lo mismo y brindarles atención y servicio. Todos en Michoacán tenemos familiares que emigraron a Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida. Soy hijo de un padre que emigró a ese país y tengo familiares allá por eso lo entiendo. Tapachula siempre fue puerta de migrantes. Lo grave es que se les expulsa de sus comunidades para buscar una mayor seguridad y una mejor vida”.

Prefiere que le digan solo padre

El Arzobispo dijo que prefiere que no le digan Monseñor, que significa “Mi Señor”, en italiano. “Porque solo Dios es el único Señor. Prefiero que me digan sencillamente: padre”.

También puntualizó que las crisis, como la que se vive en México, se aprende. “En lo peor de las crisis o desgracias la gente saca lo mejor y lo peor de su persona”.

Luego apuntó: “No soy político, y tengo muy clara mi identidad como evangelizador y la vida gira hacia Dios”.

JRL

 

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