León, Guanajuato.- “La docencia es como un acto de amor, es una experiencia de compartir aprendizajes y es pretender sacar lo mejor de las personas” indica Mayra Soto, docente jubilada y quien celebra el Día Mundial de las y los Docentes este 5 de octubre.

El Día del Maestro y el Día Mundial de las y los Docentes, aunque son celebraciones relacionadas con la misma profesión tienen enfoques diferentes, el Día del Maestro enfoca la celebración local y nacional de los logros de los maestros y el Día Mundial de las y los Docentes es una celebración internacional.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), estableció en 1994, el Día Mundial de las y los Docentes por la importancia de éstos en la educación global y los derechos y responsabilidades que tienen con las personas a su cargo.

Mayra Lilia Soto Reyes lleva 28 años dedicándose a la docencia. A lo largo de los años ha visto cómo la educación y los métodos de enseñanza han cambiado, lo que la ha llevado a enfrentar desafíos constantes a lo largo de su carrera.

Afortunadamente o desafortunadamente la educación en México y posiblemente en Latinoamérica está sujeta a los cambios presidenciales, ya que cada presidente hace cambios en las reformas educativas y algunas no corresponden a las necesidades que tiene el país” mencionó.

“Con el tiempo me he tenido que enfrentar a varias cosas, desde ver que mis alumnos se vuelven adictos; alumnos que expresan abiertamente su orientación sexual en una época donde no era tan bien visto y hasta aquellos que han portado armas en el salón de clases” añadió.

Soto Reyes señala que, como docente, no es fácil enfrentar situaciones de riesgo o temas que llegan a afectar a terceras personas, puesto que en muchas ocasiones, los padres de familia no se involucran en las actividades que hacen sus hijos y en las instituciones no siempre tienen el conocimiento de los protocolos a realizar ante situaciones difíciles.

En su trayectoria como maestra de primaria, secundaria y preparatoria en diferentes planteles educativos, asegura que las necesidades y expectativas de los estudiantes han cambiado, sin embargo, es labor del docente dejar una huella en cada uno de sus alumnos para que sean personas de bien.

El respeto a los docentes se ha mermado, pero el comportamiento del individuo se ve influenciado por muchos factores, en mi vocación yo no he sufrido faltas de respeto, yo creo en mis alumnos”.

“Estoy convencida de que la educación salva vidas y me siento muy orgullosa de cooperar con un granito de arena en la vida de mis alumnos” señaló.

AAK

 

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