Un joven árbitro de 26 años de edad es acusado por la Fiscalía noruega de abusos sexuales contra más de 300 niños y adolescentes.
El ‘Mayor caso de este tipo’ en Noruega fue cometido -en su mayoría- a través de internet, aunque no descarta los eventos físicos y directos.
Se hacía pasar por una chica
El escrito de acusación detalla que el joven acusado se hacía pasar por una chica en diferentes redes sociales, páginas web y foros para ‘pescar’ a sus víctimas, a quienes luego convencía para que le enviaran fotografías de desnudos y/o videos en los que se masturbaran a cambio de dinero.
El plan era perfecto porque en acusado hasta amenazó a sus víctimas, con difundir sus videos por internet si no le daban más material.
La Fiscalía informó que se encontraron 16,463 grabaciones almacenadas y que incluso se llegó a encontrar ‘cara a cara’ con ellos.
De acuerdo con el post de noticieros televisa, las víctimas del el árbitro de futbol en categorías inferiores, eran residentes de Noruega y otros países nórdicos como Suecia y Dinamarca. El acusado, residente en el área de Oslo, ya había sido detenido y declarado sospechoso por primera vez en el verano de 2016, aunque luego quedó detenido.
Y dado que meses después fue arrestado de nuevo, el caso del sospechoso llegará a los tribunales noruegos en enero, en donde se espera que el juicio dure varios meses.
“Él admite los hechos, pero no ha tomado una posición definitiva sobre las acusaciones. Ha colaborado en todo momento con la policía y se encuentra muy apenado”, declaró a NRK su abogada, Gunhild Lærum, quien reveló que está siendo sometido a tratamiento.
Guro Hanson Bull, fiscal estatal, dijo que este era “el caso más grande de su tipo en Noruega hasta la fecha”; y aunque dijo que sólo dos de las víctimas se habían presentado, detalló que “solo un niño logró contárselo a sus padres, y la madre de otro lo descubrió. Eso dice mucho sobre lo difícil que es para los jóvenes hablar sobre el abuso de este tipo”, mencionó.
Al respecto, el fiscal general de Noruego, Christian Lundin, dijo que este caso era “incomparable en la historia legal de Noruega. Prácticamente todas las presuntas víctimas estaban ‘luchando’ porque ‘tiene un gran sentimiento de culpa'”.
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