Una vecina de Palafrugell, Girona, denunció a través de redes sociales que su madre murió en el Hospital de Palamós tras esperar siete horas a ser atendida en urgencias. La defunción tuvo lugar el pasado 15 de noviembre.
Según Radio Capital, la paciente tenía 84 años e ingresó en el centro porque padecía vómitos y diarrea. La familia, que critica que no se le atendió, ha puesto el caso en manos de un abogado para denunciar lo ocurrido.
Ya investigan el caso
Las autoridades, por su parte, abrieron una investigación después de que el hospital admitió en un comunicado que “el tiempo de espera fue superior a lo normal” y que, durante las horas que estuvo en espera “hubiera sido conveniente hacer una reevaluación médica” para valorar su estado.
Según explicó la hija de la víctima, Maria Rosa V.S. en redes sociales, su madre llegó al Hospital de Palamós con ella en ambulancia procedente del centro de mayores de Palafrugell poco después de las 13 horas. Tras dos horas en una camilla en el pasillo, debido a la cantidad de gente que había, la trasladaron a una sala de urgencias. Según ella, “iba pasando el tiempo y ahí no venía nadie ni a mirarla”.
A la espera de un doctor
Además, les dijo que su madre necesitaba una medicación para el corazón, a lo que le contestaron que “cuando viniera el médico ya se le daría”.
“A las siete horas apareció una doctora y después de oír cómo les decía a las auxiliares que si no venía un médico enseguida mi madre se moría, se la llevaron a una sala de reanimación y cuando salió la doctora me dijeron que estaba muerta”, relató la hija en Facebook.
Justifican procedimiento
Los directores de urgencias y del centro sanitario, Marc Pérez y Xavi Pérez respectivamente, explicaron que la anciana fue atendida por el personal de urgencias a las 15:25 y fue clasificada correctamente con un nivel tres. Apuntan que aquél día se dio una “situación excepcional” con 30 pacientes, ocho de los cuales eran de nivel de urgencia dos (situación de alto riesgo), el doble de lo habitual, y que el tiempo medio de espera, que se sitúa de media entre 60 y 80 minutos, superó las cinco horas, muy “superior al normal”.
Marc Pérez aseguró que “no usaría la palabra negligencia ni error”, pero admitió que es necesario “modificar determinadas maneras de trabajar para evitar estas situaciones”.
Tras este caso decidieron iniciar un proceso interno de análisis para poder dar respuesta a situaciones de alta ocupación en urgencias graves, como pasó el día en que falleció la mujer.
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