En Estados Unidos, un reporte de un caso médico publicado en el International Journal of Infectious Diseases, esta mujer se realizaba lavados con agua aplicada en la nariz vía un rinocornio dos veces al día para su sinusitis. En vez de utilizar agua salina o agua estéril para rellenar el rinocornio, prefirió utilizar agua de la llave filtrada.
Esto le llevó a que un mes después, le surigiera un sarpullido en el lado derecho de la nariz de la mujer, acudía a revisión médica pero los doctores no encontraban un diagnóstico específico, por lo que le prescribieron diversos medicamentos.
Un año después, la mujer de 69 años sufrió un accidente cardiovascular, debido a una lesión de media pulgada en su cerebro, mostrada a través de una tomografía computarizada. La mujer fue intervenida y los doctores removieron el área dañada, sin embargo, la mujer desarrolló parálisis de un brazo y una pierna.
Se le realizó una biopsa a la parte dañada que fue removida y el resultado indicó que padecía una infección por ameba.
La salud de la mujer fue deteriorándose con el paso de los días hasta que sus familiares tomaron la decisión de retirarle el soporte vital.
La necropsia realizada confirmó la presencia de la bacteria Balamuthia mandrillaris, una extraña especie de ameba que se alimenta del tejido cerebral y se encuentra especialmente en el agua y suelo y cuya infección provoca una muerte.
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