Una estación de gasolina en Brasil tiene una ‘atracción’ que nadie más tiene: Negão, un perro que fue adoptado y que hoy es un ‘empleado’ del lugar.
“¡Los clientes lo aman! Algunos incluso llevan juguetes para él. La función de la misma es ‘comercial’ porque eso es exactamente lo que hace: se dirige al cliente y desempeña su encanto”, dijo la hija de los dueños de la estación.
Negão está en el lugar desde hace dos años, cuando apenas construían la gasolinera, sin embargo al abrir, los dueños no dudaron en adoptarlo y lo convirtieron en empleado del lugar.
El perrito fue llevado al veterinario, lo vacunaron y desparacitaron, además de que ahora tiene una casa, ropa y hasta un gafete que lo identifica como ‘trabajador’ de Shell.